La inteligencia emocional también identificada por las siglas en inglés EI (Emotional Inteligence) y EQ (Emotional Quotient) trata la capacidad que tenemos como sujetos de reconocer, comprender, manejar y razonar a partir de las emociones.
Si bien es una habilidad sumamente importante en cuanto a las relaciones interpersonales, en el ámbito empresarial tiene una gran incidencia. El concepto, que está siendo trabajado por la psicología desde la década del noventa, se ha extendido rápidamente por múltiples esferas incluyendo los negocios, la educación y la cultura popular.
En el mundo empresarial, se ha evidenciado que la inteligencia emocional posibilita la predicción del rendimiento en el trabajo incluso mejor que el coeficiente intelectual. Lo que conlleva a entender que el asumir la inteligencia emocional como núcleo estratégico de la gestión del talento humano dentro de la empresa es aspecto clave.
De acuerdo a Evan M. Berman y Jonathan P. West en sus investigaciones relacionadas a la gestión de la inteligencia emocional dentro de las habilidades sociales de la gerencia pública de Estados Unidos, explican que existen oportunidades de mejorar en el rendimiento de la gerencia en la medida que se encuentren en sintonía con los sentimientos de los demás y con las propias.
Se trata de reconocer en uno mismo fortalezas y debilidades para lidiar mejor con las emociones negativas, aumentando la adaptabilidad y mejorando las habilidades de comunicación.
Asimismo, afirman que el desempeño en el trabajo contiene prácticas o actividades que se suman al logro del objetivo de las empresas. De hecho, los estudios realizados que vinculan el desempeño y la inteligencia emocional en el trabajo plantean que puede evaluarse a través de prácticas reconocibles y no reconocibles desde una concepción multidimensional que describe cómo se termina una tarea, el enfoque en la productividad, habilidades, acciones y recursos utilizados.
En este sentido, y con miras a la mejor inserción del talento dentro de la empresa, resaltaremos algunos rasgos que hacen a alguien emocionalmente inteligente:
Estabilidad emocional. Consiste en un rasgo que contribuye de manera directa al bienestar y la felicidad. Las personas emocionalmente estables son más capaces de manejar sus propias emociones y tienen una mayor tolerancia al estrés, lo que las hace más capaces de mantener la cabeza fría en situaciones de alta presión y evitar conflictos tóxicos.
Sin embargo, las personas emocionalmente inestables tienden a ser reactivas, respondiendo de manera negativa a ciertos acontecimientos que no afectarían a la mayoría de las personas. La estabilidad emocional es el predictor más importante de la inteligencia emocional, ya que representa el mayor porcentaje dentro de los estudios que definen patrones positivos en los recursos humanos. Algunos puntos claves para mantener la estabilidad emocional que podemos mencionar son: ajustar el enfoque, evaluar las expectativas, definir acciones.
El enfoque tiene que ver con la posición que tomes respecto a los eventos negativos, si te mantienes centrado en la perspectiva positiva de cada suceso, será mucho más fácil manejarlo o identificar una solución. Generalmente nos creamos grandes expectativas de la vida, sin considerar imprevistos.
Evaluar las expectativas y considerar que aquellos problemas que le acontecen a otros pueden pasarte a ti también permite que estés alerta y que puedas tomar medidas previsibles. Definir acciones es lo que te llevará realmente a movilizarte en el camino a la solución, ya que al final es inevitable en ciertas ocasiones el enfrentarte a sucesos que afecten el ritmo y productividad, pero el desarrollar un plan y tomar acciones permite levantarte y emprender el camino.
Conciencia. La conciencia de sí mismos no es una propiedad intrínseca de la existencia, sino que implica un sistema de pensamiento complejo. Como seres humanos desarrollamos la consciencia no solo de nosotros mismos sino también de nuestro aspecto físico y del ambiente que nos rodea. Cuando desarrollamos la conciencia, podemos tener un mejor control de los impulsos y logramos un mejor desempeño para alcanzar las metas planteadas. Un individuo consciente, es un individuo que trabaja por la excelencia, lo que implica seguir direcciones, trabajo en equipo, poner un mayor empeño e incluso desarrollar una capacidad emocional superior.
Capacidad cognitiva. La capacidad cognitiva es la cantidad total de información que puede ser retenida por nuestro cerebro en un momento determinado. La capacidad cognitiva hace referencia a los mecanismos mentales de aprendizaje, memoria y la resolución de problemas más que con el conocimiento en sí mismo.
Aunque generalmente se tiende a separar de la inteligencia emocional, resultados han arrojado que existen cruces entre uno y otro, ya que la capacidad cognitiva puede afectar la forma en que eres capaz de asumir y adaptarte al entorno, lo que a su vez aumenta el rendimiento y la inteligencia emocional del sujeto.
Estos son algunos puntos que deben resaltarse dentro de la inteligencia emocional de los colaboradores de la organización con miras a que se involucren con los objetivos de la empresa, desarrollando vínculos con las metas propuestas, pero también con el resto del equipo de trabajo y con la forma en que este se enfrenta a los retos y compromisos del día a día.