Los cambios tecnológicos, la globalización, la competitividad, la orientación de las industrias hacia el servicio, y la búsqueda de ofrecer productos o servicios en el menor tiempo posible son factores que han incidido de manera notable en el cambio de las estrategias laborales relacionadas con la mejora en el rendimiento de los colaboradores de la empresa.
Para responder a ello, la gestión de los recursos humanos requiere tanto del que los gestiona como del equipo de trabajo un mayor compromiso, física como emocionalmente. Considerar la importancia de la emocionalidad en el ámbito laboral, nos lleva a comprender la influencia en las ideas y de la conducta en el desempeño.
Enfoques tradicionales observan que las emociones suelen tener un impacto negativo en el rendimiento, ya que distraen, dispersan el trabajo mental y dificultan la consistencia. Sin embargo, otras concepciones han observado que las emociones son parte intrínseca del pensamiento racional.
Esto te lleva a pensar que, bien sea de manera positiva o negativa, las emociones inevitablemente inciden en la manera en que manejas las responsabilidades dentro de las organizaciones y es de gran importancia hoy en día la gerencia de la organización sea capaz de trabajar la eficiencia del equipo de trabajo desde la inteligencia emocional.
Algunos psicólogos como Peter Salovey y John D. Mayer, que han dedicado una considerable trayectoria a la investigación de las implicancias de la inteligencia emocional, la definen como aquella capacidad de reconocer las emociones individuales y en los demás, utilizando esta comprensión emocional para tomar mejores decisiones, resolver problemas y lograr establecer una comunicación eficiente.
Cary Cherniss y Daniel Goleman (2003) explican que la inteligencia emocional como una competencia puede trascender el individualismo para convertirse en una buena ventaja para un equipo de trabajo o para la empresa completa. En el libro establecen cuatro razones por las que se hace necesario evaluar y fomentar las capacidades de inteligencia emocional:
- Las habilidades de inteligencia emocional son básicas para el logro en muchas ocupaciones.
- Numerosas personas en edad productiva ingresan a la fuerza laboral sin las habilidades importantes para tener éxito o superar las expectativas en su empleo.
- Los empleadores han creado los medios de inspiración para impartir capacitación en inteligencia emocional.
- La mayoría de los adultos pasan la mayor parte de su tiempo productivo en el espacio de trabajo.
Partiendo de estos puntos, los modelos de inteligencia emocional en las empresas se basan en las emociones como una fuente valiosa de datos que ayudan a las personas a comprender mejor, explorar el entorno social, atendiendo a su capacidad para procesar la información, pero al mismo tiempo conectando esa información obtenida desde la emocionalidad con un conocimiento más extenso relacionado a su ejercicio profesional.
El líder o colaborador con una inteligencia emocional desarrollada es capaz de apoyarse en sus emociones para centrarse en el objetivo final, adaptándose mejor a las adversidades y logrando cumplir exitosamente la realización de las tareas. De hecho, los colaboradores que son capaces de gestionar sus emociones en ellos mismos como también en los demás, cuentan con una destreza que impulsa el desempeño a partir del conocimiento de sus cualidades, diferencias, objetivos, etc., así como también el impacto que tenemos en los demás. Lo que nos lleva a entender que el manejo de la inteligencia emocional como destreza, implica controlar o canalizar las emociones problemáticas, evitar conflictos con otros, dirigir o ser dirigido.
La inteligencia emocional suple necesidades importantes dentro de las organizaciones, no solo en el bienestar de los individuos que forman parte de ello, sino en el cumplimiento exitoso de sus responsabilidades. El ser consciente de ello, permite definir estrategias que permitan no solo captar talento humano con estas características, sino también fomentar el desempeño laboral y el trabajo en equipo.