Toda posición de liderazgo lleva dentro una concepción psicológica sobre el hombre. De ahí que puedan diferenciarse el liderazgo resonante y disonante como estilos de administración frecuentes dentro del equipo de trabajo. Cada estilo es útil en un contexto determinado sin llegar a ser uno mejor que el otro de manera inherente. Tal es el caso que, no es el mismo enfoque cuando un equipo necesita mantenerse en curso hacia el objetivo que cuando el equipo necesita entrenamiento.
Se trata de modalidades que permiten la concepción del liderazgo en condiciones complejas, incertidumbre, volatilidad, situaciones ambiguas y que son entendidas como la normalidad. Así mismo, las nuevas tecnologías, la velocidad de las innovaciones emergentes, y dinámicas de alta competitividad entre industrias inciden considerablemente en todo el mundo. Los conflictos emocionales relacionados a la confusión, la ansiedad, el aislamiento, la duda y el conflicto interno se han vuelto más visibles en la empresa de hoy día. Partiendo de ello, varios autores sostienen que el liderazgo fuerte se construye a través de la inteligencia emocional y el liderazgo resonante. Pero al enfocarnos en el liderazgo resonante, nos alejamos del liderazgo disonante que conduce a la percepción, adaptación, renovación y aprendizaje, características también de gran importancia al liderar una organización.
Disonante o disonancia como concepto es un término que viene originalmente de la música y dentro de este ámbito se refiere a la incomodidad del sonido, un fallo que debe ser resuelto rápidamente a través de un sonido resonante. Sin embargo, los artistas se apropiaron de la disonancia en sus propuestas musicales, esto en las sociedades se ha vuelto más tolerante, normalizándole. Dentro de la empresa permite contemplar los retos personales relacionados al liderazgo, al contexto empresarial que siempre se mantiene en movimiento, para explorar, tener un mayor entendimiento y respuesta a las situaciones complejas.
Para profundizar en las diferencias entre uno y otro, el liderazgo resonante lleva al gerente a estar en mayor contacto con el bienestar emocional de su equipo, volcándose en el crecimiento personal, en los valores generando con ello lealtad, compromiso y mayor dedicación al trabajo en equipo. El liderazgo disonante se enfoca menos en la inteligencia emocional y más en las metas y crecimiento de la empresa, busca el avance del equipo y evita el estancamiento.
Daniel Goleman, co-autor del libro “Primal Leadership: Learning with Emotional Intelligence” (Liderazgo primario: aprendiendo con inteligencia emocional) argumenta que, líderes resonantes, quienes muestran inteligencia emocional y social, suelen estar más preparados para conectar con otros de manera efectiva, y con ello desempeñar mejor su liderazgo. Describe también que pueden identificarse cuatro estilos en el liderazgo esencial: visionario, coaching, afiliativo y democrático; así mismo plantea que en el liderazgo disonante pueden identificarse dos: ajuste de ritmo y mando.
Los líderes resonantes son más capaces de conectarse con su equipo de trabajo a partir de la inteligencia emocional, mostrando empatía por los empleados por las circunstancias de los empleados. También suelen crear armonía, logran motivar a que el grupo siga instrucciones, y logran proyectar preocupación tanto por los empleados como por los objetivos de la empresa.
En el caso de los líderes disonantes, su capacidad se vuelca más en las características autoritarias del liderazgo. Definen una mayor distancia socio emocional de los empleados, lo que resulta pertinente en los momentos en que las órdenes deben ser ejecutadas con urgencia. Al equipo de trabajo, el líder disonante suele generarle estrés, agotamiento, frustración emocional y falta de compromiso. El enfoque del líder disonante, que intenta ser objetivo y lógico en la toma de decisiones, suele percibirse como frío y distante por parte de los empleados.
Existen momentos pertinentes para la implementación de cada una en la organización. Si se trata de un momento de crisis, el liderazgo resonante puede aportar mucho más ya que su efectividad se potencia a corto plazo. Así mismo si es necesaria la planificación y ejecución a largo plazo el liderazgo resonante es la mejor opción.