La logística inversa es un concepto que se refiere a esa política de los negocios de crear valor a esa materia prima ya utilizada. La estrategia puede tener un enfoque medioambiental, pero además puede favor la reutilización de recursos y potenciar las ganancias de la compañía.
Si quieres incursionar en una estrategia de este tipo, tu negocio debe desarrollar procesos para recolectar la mercancía usada y clasificarla. Una vez que termine esta primera fase, debe pasarlas a un tratamiento intermedio, que prepara el producto para ser reutilizado.
Los productos se quedan en el negocio por diversos factores. Algunas veces el cliente nunca los recoge o lo devuelve, o bien llegó con algún defecto mínimo y puede sacarle provecho. También se encuentra el caso de que se quedó en vitrina por mucho tiempo y ya esté obsoleto o se le dio un solo uso. Todo esto es material de valor para tu compañía. Recuerda que destinaste unos fondos valiosos para su compra y de alguna manera es importante recuperarlo.
No todos los productos son capaces de entrar en un proceso de logística inversa. Pero aquellos empresarios que cuentan con pymes que manejen mercancía descatatalogada, estacionarias, defectuosos, con un exceso de un mismo tipo o productos enviados para destruirse, pueden ampliar la dimensión de su negocio.
Pero antes de embarcarte en un proyecto como este, debes analizar a detalle las ventajas y desventajas. Primero debes calificar tus materias primas y determinar el uso alterno que se le puede dar. Luego, si les encuentras una utilidad, debes pensar en el impacto económico y medioambiental que tendrá. ¿De cuánto será mi inversión para poder reconvertir esta mercancía? ¿Compensan las utilidades que me dejará? ¿Provoco daños al medioambiente con esta acción o, por el contrario, impido que más desechos lleguen a los vertederos? Estas son algunas de las preguntas que debes hacerte antes de emprender.
Si tu análisis tuvo resultados positivos, debes segmentar esos residuos dependiendo su condición y tipo de procedimiento que requiere. Luego debes pensar cuál de todos los procesos de gestión sostenible vas a perseguir: reciclar, reutilizar, restaurar, reparar o rediseñar.