Todo empresario espera recuperar la inversión realizada. Si este proceso no se efectúa podemos afirmar que el proyecto no fue rentable.
Conceptualmente hablando, una inversión es el proceso mediante el cual se invierte capital financiero en una actividad o negocio con el objetivo de incrementar su volumen a corto, mediano o a largo plazo.
Los resultados de la inversión se miden a través de la liquidez que va generando el proyecto. Sin dudas que toda inversión conlleva riesgos y un adecuado análisis de estos permiten anticipar a eventos y optimizar el proceso de toma de decisiones.
Para analizar correctamente el tiempo exacto para la recuperación de la inversión es importante identificar la unidad de tiempo utilizada en la proyección de los flujos netos de efectivo. Esta unidad de tiempo puede darse en días, semanas, meses o años.
Es posible calcular el periodo de recuperación de la inversión, descontando los flujos netos de efectivo al costo de capital del proyecto, ósea, identificando la tasa de financiación del negocio.
Sin embargo, aunque no existe un tiempo específico, sí existen criterios para medirlos. Los más reconocidos son el período de recuperación (PR) que indica el número de períodos en que un flujo de caja recupera el desembolso inicial o inversión hecha.
También está el valor actual neto (VAN), que es la cantidad de dinero que se gana en términos netos.Otro criterio, tal vez el más popular, para medir los resultados de una inversión es la tasa interna de retorno (TIR), que es él % de ganancia que obtienen los inversionistas por cada peso invertido en el negocio. Además, el ratio beneficio costo (BC) que es un índice que señala si los flujos de caja cubren o no la inversión.
En conclusión, ya sea que utilices formulas o implementes criterios de medición para calcular los resultados de una inversión si el flujo de caja obtenido compensa todos los egresos hechos sea por inversión o costos, podemos decir que la inversión fue rentable y el monto invertido podrá ser recuperado en el tiempo.