Las siglas responden al acrónimo de volatilidad (volatility), incertidumbre (uncertainty), complejidad (complexity) y ambigüedad (ambiguity)
El significado particular y la relevancia de VUCA con frecuencia se relaciona con la forma en que la gente contempla las condiciones bajo las que se toman decisiones, planifican, gestionan riesgos y resuelven problemas, algo que es perfectamente aplicable a tu pyme.
La noción de VUCA fue creada por el U.S. Army War College para describir la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad del mundo surgido tras el fin de la Guerra Fría. El término comenzó a utilizarse de forma generalizada en los años 90. Posteriormente, ha sido utilizado en los campos de la estrategia empresarial, aplicándose a todo tipo de organizaciones, incluidas las pymes.
Estos elementos constituyen el contexto en el que las organizaciones viven su situación actual y futura, para así plantear fronteras dirigidas a la planificación y la dirección política. Aparecen de forma conjunta en formas que, o bien complican las decisiones, o permiten afinar la capacidad para mirar, planificar y moverse. VUCA crea el escenario para la dirección y el liderazgo.
En general, las premisas de VUCA tienden a afilar la capacidad de las organizaciones para:
Anticipar problemas que modifican condiciones
Entender las consecuencias de problemas y acciones
Entender la interdependencia de las variables
Prepararse para desafíos y realidades alternativas
Interpretar y aprovechar oportunidades
Para la mayoría de las pymes, VUCA es un código práctico de consciencia y preparación. Más allá del simple acrónimo, es un conjunto de conocimientos acerca de anticipación, evolución e intervención.
Ante la falta de control sobre el contexto e incluso sobre los océanos de información que no sabemos si es cierta o falsa, VUCA es una herramienta en tu pyme que se utiliza para adaptarse y prepararse. Frente a lo incierto, el mejor camino es fortalecer la disposición a asumir riesgos; de por sí, ya no tiene sentido esperar que el terreno esté estable. Es hora de afinar la mentalidad emprendedora.
Esto se dice fácil, pero antes hay que ser consciente de que todo está en la mente, a veces de manera consciente y otras veces sin que nos percatemos, como las creencias, los valores o los miedos. Las cosas comienzan a andar bien cuando tenemos conciencia del mayor espectro de nuestros pensamientos y logramos reconducirlos.