La gestión logística de una empresa está orientada a la satisfacción de los clientes. En el caso de la gestión de almacén, es un proceso clave para la disminución de costos asociados a los flujos de materiales y de información en las empresas, así como también si un negocio es capaz de cumplir con los niveles de servicio comprometidos con sus clientes con consideraciones de eficiencia, tanto en operaciones como en movimientos.
Entre las problemáticas más comunes en el proceso de almacenamiento se encuentran:
-Altos tiempos en la búsqueda de productos por desconocimiento de su ubicación.
-Pérdida de la trazabilidad de producto y de sus respectivos movimientos dentro de la zona de almacenamiento.
-Falta de comunicación con otros procesos, como por ejemplo con el proceso de compras y aprovisionamientos que ocasiona no poder tomar decisiones con información fiable en tiempo real.
-Obsolescencia de producto por desconocimiento de lo que se almacena.
-Reiteración de movimientos a la hora de preparar picking.
-Errores en la identificación de productos.
-Pérdidas de tiempo en la realización de inventarios por desconfianza del sistema.
-Escasa optimización de los recursos humanos empleados en dichas operaciones.
Por lo general, cuando este tipo de situaciones se presenta en un almacén es porque están utilizando el método de “caja negra”, lo que quiere decir que solo se tiene conocimiento de lo que entra y lo que sale, característica que lo aleja completamente de la eficiencia y la competitividad.
Sin embargo, cuando una empresa trabaja con un Sistema de Gestión de Almacén (SGA), obtiene las siguientes ventajas:
–Control total de las ubicaciones en almacén a tiempo real.
-Identificación automatizada de la mejor ubicación para cada producto o mercancía.
-Control de la productividad de los recursos humanos.
-Inventario permanente.
-Trazabilidad de movimientos y productos.
-Optimización de los movimientos.
-Eliminación de errores humanos.
-Disminución de obsolescencias.