La matriz de crecimiento – participación (BCG) es una herramienta para analizar tanto un producto, como las unidades de negocio de una empresa, con la finalidad de identificar la mejor estrategia a la hora de lanzar un producto y determinar su proyección.
En el mundo empresarial no solo es importante el momento del lanzamiento de un nuevo producto, también es esencial analizar cómo será su evolución y crecimiento, para saber qué podemos esperar a largo plazo.
La consultora Boston Consulting Group fue pionera en el desarrollo de la matriz BCG, por las siglas del nombre de la empresa, en 1973. Se convirtió en una de las herramientas más conocidas a nivel empresarial para analizar la cartera de productos y las unidades estratégicas del negocio en una empresa.
A lo largo de los años el uso e implementación de esta matriz ha destacado los siguientes beneficios:
-Una perspectiva general sobre el estado actual de la cartera de productos o de la unidad de negocios.
-La matriz es fácil de utilizar y no requiere de mucho tiempo para su ejecución.
-Permite identificar en qué productos es más factible invertir.
-Se puede utilizar como un briefing para un análisis más completo.
La matriz BCG está compuesta por dos ejes; el vertical, que representa la tasa de crecimiento del mercado y la demanda del producto, y el horizontal, que refleja la cuota o participación en el mercado y se relaciona con las ventas del producto.
Estos dos ejes forman un cuadrante que arroja como resultado los diferentes tipos de productos:
Producto interrogante: tiene un alto crecimiento, pero una baja participación de mercado, lo que implica una elevada inversión financiera con un retorno de la inversión muy bajo.
En ese sentido la matriz BCG recomienda evaluar la estrategia y ver su proyección para convertirse en un producto estrella.
Producto estrella: son aquellos que en la matriz BCG tienen un alto crecimiento y una alta participación de mercado, por consiguiente, genera liquidez a la empresa debido al ambiente dinámico en el que se encuentra. Cabe destacar que necesitan una inversión constante para posicionarse en el mercado hasta llegar a consolidarse y en este punto pasan a ser un producto maduro.
Producto vaca: también conocido como producto maduro, ya que tiene una alta cuota de mercado y una baja tasa de crecimiento en la matriz, lo que indica que ya está consolidado en el sector.
El producto vaca es un generador que mantiene el flujo de caja en la empresa y la inversión requerida es relativamente baja en comparación con el producto estrella.
Producto perro: tiene un bajo crecimiento de mercado y una baja cuota de mercado, por lo que consumen muchos recursos sin ofrecer nada a cambio. Usualmente se sugiere que las empresas eliminen de su cartera los productos perros.
En aquellos mercados donde los productos estrellas se ven sometidos a una constante innovación tecnológica, acaban por convertirse en productos perro, pues hay que hacer grandes inversiones y esto no garantiza que otros competidores lo puedan sacar del mercado.