Establecer un negocio sin asegurar sus instalaciones y las personas que trabajan en él es un gran riesgo.
Pero para realizar una solicitud de contratación de una póliza de seguro la empresa debe cumplir algunas condiciones y exigencias en relación a los bienes asegurados y al establecimiento comercial.
Las pólizas regularmente se componen de un paquete que agrupan varios seguros bajo un nivel de cobertura básica. Para negocios pequeños estos paquetes están estandarizados y, por tanto, resultan más económicos que comprar cada seguro de modo individual.
De acuerdo con el tipo de negocio del que seas propietario hay diferentes tipos de pólizas que cubren al establecimiento y sus empleados, estos pueden ser:
- La póliza que restablece los daños al edificio. Esta cubre daños a la propiedad, tales como el edificio y la propiedad del negocio ante casos de incendios, terremotos o destrucción por desastres naturales.
- Cobertura de efectos personales y propiedad de terceros. Esta póliza permite al asegurador incluir un monto de dinero de cobertura para los efectos o bienes personales y de sus socios o empleados, y otros bienes personales de terceros que hayan dejado al cuidado, uso o control del dueño de la póliza.
- Seguro de interrupción de negocios. Este tipo de póliza es para negocios que tienen que detener sus funciones, mientras se realiza algún tipo de mejora en el edificio o local donde están ubicados ya que en este tiempo pueden perder su clientela. Allí la gran importancia que tiene el seguro contra interrupción de negocios.
- Seguro para requisitos de leyes locales y ordenanzas. Este tiene por cobertura el hecho de reparar o reconstruir el edificio o las instalaciones del negocio en sí, de modo que cumplan con los requerimientos de las leyes locales.
Como pequeño empresario tienes que velar por la seguridad de las personas que dependen de ti y las instalaciones de tu negocio, y es por eso que las pólizas de seguros más que un gasto son una necesidad para cualquier negocio que inicie su actividad mercantil.