Una empresa pequeña o mediana debe manejar su presupuesto con la mayor sensatez posible. Economistas explican que por su condición de pymes, muchas incurren en el error de hacer un cálculo anticipado de inversión inadecuada. En muchas ocasiones las reservas son insuficientes para ejecutar los proyectos programados y esto se traduce en un retorno monetario incapaz de saldar las deudas adquiridas y, por tanto, se complica el desarrollo financiero de otros planes a futuro.
Muchas veces las faltas graves suceden en cadena. Luego de un fracaso, por ejemplo, con un presupuesto muy limitado, las empresas suelen sobreendeudarse. Superar los límites de deuda que tu negocio es capaz de sobrellevar puede desembocar en el incumplimiento de obligaciones inherentes al negocio. Es decir, que sin ese pago, la vida de la compañía peligra.
El riesgo financiero puede ser otro elemento si se tiene un historial crediticio estropeado. Algunos expertos consideran que en ocasiones los empresarios, a pesar de contar con los recursos, no pagan a tiempo, o bien por las deudas abismales y el cómputo de los ingresos y gastos del negocio desacertado. Ambas razones crean una mala imagen financiera de la compañía.
Otros fallos serios y frecuentes, principalmente en los pequeños negocios, son entremezclar el dinero propio con el de la empresa, desentenderse del flujo de efectivo o del inventario.
Aunque tu negocio sea a pequeña escala, debes entender que utilizar el dinero propio ante las múltiples emergencias que se te presentarán en tu entidad solo crearía una mala costumbre en el manejo de las finanzas y correrás el riesgo de no saber con exactitud controlar las asignaciones a cada renglón.
Control es una palabra vital en finanzas. Otro error que se comete es no llevar un dominio de las entradas y salidas de recursos. Esto provoca que en lo adelante el empresario desconozca su capacidad de gasto, transacciones y deudas, por lo que puede embarcarse en promociones y otros compromisos para los cuales no estás preparado.
Asimismo, en ocasiones los empresarios creen que recibieron ganancias superiores a las esperadas y realizan inversiones desmedidas sin tomar en cuenta a los proveedores y el inventario.