El EBITDA es el indicador más aproximado de la capacidad de una empresa para generar beneficios, es decir, que representa el beneficio bruto de explotación calculado antes de la deducibilidad de los gastos financieros, dígase intereses, impuestos, depreciación y amortización.
Puedes calcular este monto a través de 4 pasos, primero calculas el beneficio neto de la compañía restándole los gastos a los ingresos en el estado de resultados. Esto es lo que se conoce como EBIT, ingresos antes de los intereses e impuestos. Segundo, sumas los costos de depreciación al EBIT, tercero, sumas los costos de amortización al EBIT y cuarto, de la suma de todos estos indicadores obtienes el EBITDA.
De acuerdo a la página web andbank.es es necesario aclarar varios puntos para no incurrir en una mala interpretación del EBITDA:
- El objetivo de este indicador no es medir la liquidez de la empresa, ya que, aunque incluye las provisiones y amortizaciones, no tiene en cuenta otras salidas de tesorería como los pagos financieros o las ventas y compras que aún no se han hecho efectivas.
- Al no considerar el endeudamiento de la empresa, es posible que un gran EBITDA sea consecuencia de un elevado grado de apalancamiento.
- Al eliminar las amortizaciones productivas no tiene en cuenta las inversiones productivas realizadas ni en el pasado ni en el período actual.