Hablar de la generación Y, popularizada como millennial, es hablar del segmento del mercado que está marcando tendencias con sus estilos de vida y hábitos de consumo. De ahí la importancia de que, antes de desarrollar una estrategia de negocios, seamos conscientes de las pautas que les caracterizan para poder incidir de manera favorable en su decisión de compra.
Debemos iniciar aclarando que esta generación, que alcanzó su adultez ya entrado el nuevo milenio, creció junto con los cambios del mundo hacia la era digital, por lo que, a diferencia de generaciones anteriores, logra dominarla con gran facilidad incorporándola a sus procesos cotidianos con destreza. En este sentido, se han vuelto dependientes de los dispositivos móviles: ordenadores portátiles, tabletas pero sobre todo con los teléfonos inteligentes. Con este último han desarrollado incluso una sensación de dependencia, demostrada por múltiples estudios, y a partir de la que muchos no pueden prescindir del mismo ni un solo día. Se trata de información relevante al momento de plantear acciones de comunicación en este tipo de plataformas.
Esto lleva a otra importante característica, el comportamiento multitasking y multipantalla. Es frecuente ver en los millennials el desarrollo de distintas actividades, en una aparente simultaneidad, en las que la o las pantallas son parte importante. Desde el desarrollo de tareas en el ordenador mientras se le da seguimiento a las redes sociales en el móvil, hasta ver tutoriales en las redes mientras se graba lo que se está haciendo. Se trata de un comportamiento complejo que se ha convertido en parte de la normalidad de registrar los diferentes eventos cotidianos para compartirlos, de aprender, informarse, mientras se hacen otras cosas y de esta forma mantenerse siempre a la vanguardia en el menor tiempo posible. En este sentido, se debe tener en cuenta que la comunicación comercial compite por la atención con las demás actividades que se desarrollen de forma simultánea, por lo que debe ser mucho más atrayente y sustancial para mover a la acción.
Otro punto de gran importancia es la relación que se logre establecer con este sector a través de las plataformas digitales. Como empresa, se debe ser capaz de responder a las necesidades de los millennials a través de los canales necesarios, bien sean plataformas institucionales o redes sociales u otros, y de forma coherente. La respuesta a tiempo, de calidad, y que guarde relación respecto a la plataforma en la que se desarrolla puede marcar la diferencia entre un consumidor que se mantenga con la marca a largo plazo y uno que se queje con otros consumidores potenciales.
Se trata de la personalización de todo lo que pueda relacionar a un cliente con la marca. No son un segmento fácil, los millennial buscan experiencias únicas y tienen una baja tolerancia a la frustración, por lo que deben sentir que la marca está al servicio de sus necesidades particulares y que responde de manera diferente a como lo hace a otras personas. El desarrollar productos que permitan la personalización, aunque se trate de opciones limitadas o que se combinen entre sí, le dará un valor agregado con el que se puede vincular establecer una relación perdurable. Así como también el concebir mensajes en las redes que apelen a la pluralidad de emocionalidades de este grupo, en las redes sociales en las que tienen una mayor interacción.
Sí, definitivamente se trata de uno de los públicos más difíciles y complejos para conquistar, por lo que se trata de un gran reto para las empresas. Pero, se trata de un segmento al que luego de conquistado no solo se encargarán de difundir nuestro producto por cuenta propia, en una relación que puede desarrollarse por largas temporadas, si no también que colaborará con la marca para generar ideas que sirvan para mejorar el producto o servicio. Se trata de esforzarse para desarrollar una relación en que ambas partas salgan beneficiadas.
