Cuando creas algo que es único (sea un objeto, producto, servicio, obra artística) te sientes realizado, satisfecho y con plena confianza de que las personas aprovecharán tu creación, pero ¿Qué ocurriría si tardas en reconocer de forma legal que e invento es tuyo? Puede que alguien te robe la idea.
No parece muy agradable, saber que alguien más, muy cómodamente, se está beneficiando por algo por lo que te “quemaste las cejas” y sacrificaste tiempo, dinero y descanso.
Ley 65-00 que rige el Derecho de Autor y su correspondiente ejecución establece que la propiedad intelectual se refiere a todas las creaciones de la mente humana. Esta se divide en derecho de autor y derechos conexos por una parte, y propiedad industrial por otra.
Cuando las personas leen un libro, van al cine, ven televisión, usan programas informáticos en sus computadoras, utilizan un nuevo producto o asisten a un concierto o a una obra de teatro, están teniendo contacto con creaciones.
Hoy en día no solamente son autores los que se benefician de esta protección, sino también las verdaderas industrias que aportan significativamente al desarrollo y crecimiento de la economía de un país.
Como creador de un bien debes clamar por el debido respeto de tus creaciones. Sin embargo, hay quienes sin ninguna contemplación las reproducen y distribuyen sin autorización, aprovechándose de tu creatividad y talento.
La piratería es un delito, no contribuye a generar cadena de valor. Solo favorece al pirata y a quienes lo rodean, sin contribuir al progreso y al desarrollo del país.
En la mayoría de los casos, la originalidad es la única condición que debe cumplir una obra para estar protegida por el derecho de autor. Esto significa que tu creación no puede ser una simple copia de otra obra.
Una obra no tiene que ser útil, ni bonita, ni siquiera valiosa, para estar protegida por el derecho de autor. De hecho, las obras están protegidas por el derecho de autor, sea cual sea su calidad.
El derecho de autor protege la forma en que se expresan las ideas. Esta expresión es la forma original en que las palabras, los colores,entre otros, son elegidos y presentados. Lo que otorga originalidad a una obra es la expresión.
Defensa:
Pese a que la propia creatividad genera el derecho, el autor se encuentra con el problema de la prueba que demuestre su autoría. Por eso resulta básico que generes una fecha fehaciente desde la que se demuestre el depósito de la obra a tu nombre.