La emoción de dar inicio a una nueva empresa, más la fuerte confianza en las capacidades y recursos disponibles, hace pensar que el capital esperado llegará pronto y las metas establecidas originalmente, puedan ser superadas.
La realidad es que esto sólo sucede si existe una ventaja competitiva fuerte, expresada en un producto significativamente innovador o en una relación comercial preestablecida sobre la que se puede iniciar un proceso empresarial. Ambos aspectos son poco comunes en la mayoría de las pequeñas y medianas empresas.
Por lo general, la tasa de supervivencia de las PYMES es baja. Diferentes estudios mencionan que apenas entre el 15% al 40% de las empresas logran superar el primer año, asociado a diversos factores, siendo los más significativos el acceso al financiamiento y el entorno económico en el que se desarrolla en negocio.
Uno de los grandes errores que comete una persona que arranca un negocio es estimar la cantidad de capital necesario en base a la disponibilidad y el acceso que tiene al financiamiento. Al respecto, es importante buscar alternativas de financiamiento que quizás no estaban previstas. Por ejemplo, puedes conseguir nuevos socios que aporten capital suficiente para desarrollar el proyecto.
Es preferible pedir todo el dinero que requieres ajustándolo a tiempos diferentes, que buscar pequeñas cantidades sin garantía de obtenerlas. No debes hacer una proyección de ventas sin contar con clientes reales.
Comenzar las operaciones productivas de tu negocio no implica que necesariamente inicie la parte comercial. Por ejemplo, el proceso para lograr contratos con grandes empresas se puede demorar entre seis meses y un año, tiempo que se compensa con el prestigio de tenerlas en el portafolio de clientes.
Otra parte tiene que ver con el financiamiento de las operaciones después de la inversión inicial. Muchos emprendedores sólo proyectan recursos de inversión y se quedan sin flujo de caja para la operación.
Es un error incluir en los gastos, imprevistos de actividades corrientes, las cuales por su permanencia, hacen que los consumos sea más elevados que lo estimado y obliguen a modificar las variables financieras de la empresa.
Es importante identificar en el plan de negocio todas las actividades a realizar, para evitar clasificarlas erróneamente en los rubros de imprevistos y generar problemas de liquidez. Al final, todo es un tema de cálculos acertados. Los recursos se consiguen si la propuesta de negocio está bien estructurada. El equilibrio de una nueva empresa no se logra en seis meses, generalmente puede tomarse hasta dos años, por lo que el emprendedor debe orientar sus estimaciones y requerimientos de capital en esa dirección para que pueda tener posibilidades de éxito.