En estos tiempos de apertura de mercado, globalización y competitividad agresiva es necesario que las pequeñas y medianas empresas (PYME) adopten la cultura de los llamados “clúster” o “alianzas estratégicas”, como una alternativa viable y efectiva de aumentar sus beneficios.
Aunque en la República Dominicana aún es tímida esta forma de hacer negocios, diferentes sectores productivos han implementado el clúster como herramienta para mejorar su rendimiento, reducir costos operativos para poder ofertar productos y servicios a precios competitivos.
En el país existen clústers de confección textil, de mueble, de mango, aguacate, piña, coco, café y otros agropecuarios. Así como los clústers turísticos, tecnológicos, construcción y viviendas, según registra un listado del Consejo Nacional de Competitividad.
Para fomentar esta metodología, hace poco fue creada la Red de Clústers de República Dominicana, que concentra a los sectores (turismo, agronegocios, industria, pequeñas y medianas empresas, entre otros), con la intención de dinamizar la cultura asociativa empresarial. Un clúster puede concentrar entre 5 y 50 empresas, sin importar su tamaño.
Existen compilaciones de definiciones de clúster, pero la más extendida y conocida es la de Michael Porter, quien los describe como «una agrupación de empresas e instituciones relacionadas entre sí, pertenecientes a un mismo sector o segmento de mercado, que se encuentran próximas geográficamente y que colaboran para ser más competitivos».
Los clústers concentran los servicios, la mano de obra especializada, la tecnología, los insumos, promueven la innovación, aumentan la asociatividad y fomentan la cultura empresarial eficiente.
Proceso de formación de clústers
En el Informe sobre el Fortalecimiento y el Desarrollo de la Red de Clústers en la República Dominicana, realizado por el Consejo Nacional de Competitividad, el proceso de formación de clúster se define en los siguientes pasos:
1. Movilización: Identificar a las empresas y organizaciones del clúster, definir el clúster, evaluar las iniciativas e intereses del clúster e identificar a sus líderes.
2. Análisis: Estudiar el clúster. Diseñar el mapa del clúster, establecer el perfil de las empresas del clúster, identificar desafíos y oportunidades con los miembros del clúster, hacer un análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades, y Amenazas).
3. Catalización: Priorizar los desafíos y oportunidades, elaborar una visión estratégica y desarrollar una Estrategia Competitiva de Clúster (ECC).
4. Realización: Establecer los planes de acción, los pasos a seguir y su ejecución (objetivos, responsables, cronograma del proyecto y recursos necesarios). Es importante incluir los aspectos sociales y ambientales evaluados en cada uno de los proyectos, componentes, metas o estrategias.
