Brian Acton de 46 años nació en Michigan, pero creció en Florida y completó su carrera en Ciencias de la Computación en la Universidad de Stanford. Comenzó su carrera como administrador de sistemas para la empresa Rockwell International en 1992. Esta empresa dedicada a la manufactura de piezas y de aviones tanto para uso militar como comercial le dio toda la experiencia necesaria para sus próximos pasos.
En 1996, luego de haber trabajado en Apple unos años, comenzó a trabajar en Yahoo! Durante esta época realizó una inversión en los dot-com a finales de los 90 y principio del 2000 que casi lo lleva a la quiebra cuando explotó la burbuja*. Junto a su socio, Jan Koum intentaron conseguir trabajo en Facebook, pero fueron rechazados. En su cuenta de Twitter, Acton escribió:
“Facebook me rechazó. Era una gran oportunidad para conectarme con personas fantásticas. Continúo hacia mi próxima aventura de vida”.
Así que, junto a su amigo y próximo socio, Jan Koum, Brian decidió crear una aplicación para los teléfonos de Apple aprovechando el lanzamiento del App Store un año antes. Llamó a otro amigo, Alex Fishman y comenzaron a trabajar en lo que hoy en día es WhatsApp.
Finalmente, en el 2009, Acton y Koum lanzaron WhatsApp, que posteriormente se convirtió en la aplicación de mensajería más utilizada por todo el mundo. En principio, porque tu libreta de contactos del teléfono pasaba a ser la de tus amigos. Y, posteriormente con las nuevas actualizaciones, se incluyeron funcionalidades como la video llamada y audio llamada.
Pero no fue hasta 2014 que realmente Brian logró cosechar sus frutos. Ese año, la empresa que primero lo había rechazado se le acercó con una oferta para comprar su empresa. Facebook le ofreció 19 mil millones de dólares y la compró.
*La burbuja de los dot-com fue un período entre 1997 y 2001 en el que las bolsas de valores vendieron acciones de muchas empresas vinculadas a Internet; catalogando a toda esta red de empresas como “la nueva economía”. No obstante, el mundo no estaba preparado para las expectativas y muchas de las empresas creadas quebraron, ocasionando un desplome en las acciones y el valor de las dot-com.