Esta ley abre las puertas hacia el camino de impulsar el emprendimiento, pues fundamenta las bases para fomentar la creación y formalización de empresas, facilitar financiamiento con condiciones asequibles para los emprendedores, además de una serie plataformas que fortalecen la cultura emprendedora en el país. Esta normativa fue promulgada por el Poder Ejecutivo el 25 de noviembre de 2016.
La legislación introduce un aspecto innovador que promete un fondo de inversión inicial para nuevos negocios y un régimen especial para que estas empresas puedan ingresar y cotizar en el Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS).
Entre algunos de los objetivos establecidos en el artículo 3 se encuentran:
1) Apoyar al emprendedor y la actividad empresarial, favorecer su desarrollo, crecimiento y fomentar un entorno favorable a la actividad económica, tanto en los momentos de comenzar la actividad como en su posterior desarrollo.
2) Fomentar el pensamiento emprendedor en los ciudadanos para estimular la creación de empresas éticas y sostenibles, que contribuyan al crecimiento y desarrollo de la República Dominicana.
3) Crear un marco normativo y organizacional para la creación y aplicación de políticas de promoción del emprendimiento y la innovación empresarial.
4) Fortalecer el ecosistema de apoyo al emprendimiento, articulando los diferentes actores para lograr incidir en todas las fases del emprendimiento de forma eficiente y dinámica.
5) Promover el desarrollo de la cadena de financiamiento a los emprendedores con mecanismos e instrumentos ágiles, dinámicos e innovadores, acordes a los distintos niveles de madurez del mercado.
6) Propiciar la interacción y sinergia entre los actores del ecosistema a través de espacios de acción colectiva entre los actores públicos y privados del ecosistema nacional de emprendimiento.
7) Promover el desarrollo de programas para la creación de capacidades gerenciales y técnicas para proyectos emprendedores.
8) Facilitar el desarrollo de una industria de soporte que acompañe y apoye a los emprendedores para minimizar los riesgos de fracaso.”
También se identifican los tipos de inversionistas y se establecen obligaciones para el INFOTEP y el MESCyT para que desarrollen programas especializados acorde a la cultura emprendedora.