Desde la concepción de una idea de negocio hasta su fase final, toda andadura empresarial tiene sus etapas. Lo mejor es saber identificarlas, para luego formular un plan de trabajo, a fin de sobrepasar cada proceso ordenadamente sin afectar la sostenibilidad de tu empresa.
Desde Impulsa Popular, te compartimos cinco de las etapas más importantes:
- Creación. Se estructura la idea y se realiza el plan de negocio para determinar qué se ofrecerá, en qué mercado competirá y cuáles serán los objetivos y estrategias. De esta primera etapa determinaremos si nuestra organización tendrá un futuro o si persistirá como una microempresa. Todo estará a cargo del dueño y socios posibles que formarán parte de la gerencia.
- Sobrevivencia. En esta etapa se contratan empleados para llevar acabo las operaciones, venta o servicios que ofrecerá el negocio. Al contratar un número de trabajadores, ya el negocio pasa de micro a pequeña empresa. Es de suma importancia, que los objetivos y metas estén muy claros en el personal, para que todo funcione como un tren hacia el éxito. El buen liderazgo de la gerencia determinará esto.
- Éxito. Aquí ya el negocio ha logrado mantenerse estable, puede competir y no existe déficit financiero. Este es el momento de buscar nueva inversión o capital para pensar en mejorar algunas áreas de la compañía y ser más incisivo en el mercadeo y las ventas o ampliarse estructuralmente.
- Crecimiento. La empresa ya ha logrado ampliar su oferta y cumple con la demanda de nuevos clientes. Se puede comenzar a expandir como franquicia o capitalizar el negocio con inversionistas privados. El negocio puede valerse por sí solo y es posible contratar empleados o gerentes con mayor experiencia que mantengan el desarrollo de la compañía y aumenten las ganancias.
- Madurez. La compañía está establecida, se mantiene en constante crecimiento y podemos competir con grandes empresas. Incluso, tenemos la opción de llevar nuestra empresa al mercado bursátil. En esta etapa el negocio se desenvuelve equilibradamente y como una empresa respetada y de renombre. Ya no necesitamos asesorías para la planificación o implementación de procesos internos, y la gerencia está sumamente calificada y es capaz de tomar decisiones financieras de mayor riesgo. En esta última etapa podemos valorar nuestra organización y determinar si vender o no como un producto en sí.