Se puede entender como parte de la marca de una entidad, de un producto, servicio o empresa aquellos atributos tangibles e intangibles, gráficos y conceptuales que permiten la proyección de la identidad y la forma de comunicación interna y externa.
Es importante saber que una marca contiene mucho más que los elementos gráficos que pueden cambiar en momentos de rediseño sino que funciona como un conjunto de valores que definen su personalidad. Estos son capaces de provocar un primer acercamiento por parte del consumidor y te pueden colocar en una posición ventajosa en relación a la competencia. Vamos a mencionar los que consideramos esenciales y que responden a los nuevos tiempos.
- Identidad visual: aquellos que definen la identidad visual y física de la misma. Podríamos mencionar entre estos el nombre, logotipo o isotipo, colores; a grandes rasgos todos aquellos elementos que intervienen al momento de que nuestra empresa establece un contacto con empleados, clientes cautivos, clientes potenciales, etc. En este sentido, la disposición compositiva, los colores, la tipografía, ilustraciones pero también lo es su página web, papelería e incluso espacio de trabajo. Todos estos elementos relacionados con el diseño en diferentes vertientes, juegan el papel fundamental de ser distintivo en relación a todas las comunicaciones que se dan en el entorno, relevante en relación a la competencia y significativo para los que forman parte de la misma o para fidelizar al público.
- Valores: los valores hacen referencia a las convicciones, a las reglas de vida que determinan la manera de actuar de la marca e involucran sentimientos y emociones. Desde la honestidad, responsabilidad, innovación, respeto, son algunos de los ejemplos de ideales que deben definir su accionar como empresa y que le proyectan como una empresa humana.
- Beneficios: son la traducción de los atributos, lo que recibe el consumidor a cambio. Los atributos hablan sobre las propiedades, características y cualidades del producto o servicio. Lo diferencian físicamente pero también cualitativamente. En la medida que las personas conozcan la calidad de los atributos del producto/servicio, desarrollarán una preferencia por su marca que trascienda. Requiere del esfuerzo por la coherencia entre lo que se dice de la marca y lo que hace realmente.
- Personalidad: es la definición de la marca. En este punto interactúan los tres anteriores, definiendo un conjunto de rasgos, patrones, características en su mayoría no tangibles que permiten que la marca sobresalga en determinado ambiente o actividad comercial. Es este aspecto que permite la identificación del producto o servicio independientemente de los cambios externos, que se le realice al mismo.
- Plataformas sociales: la actuación de la marca en las redes sociales juega hoy en día un papel fundamental que le aporta (o le resta) a la percepción que puede tener el público meta. Entre los mayores retos que presenta este aspecto está el ser recordable, demostrar que conocemos al público al que nos dirigimos, personalizar la comunicación, mantenerse actualizado ante los cambios que acontecen y que pasan a ser de conocimiento público en fracciones de segundo. Se vive una época en que si queremos ganarnos el corazón de los consumidores, nuestra marca no puede darse el lujo de no estar al tanto de lo que acontece en este medio o no hacer nada al respecto.
Cada uno de estos puntos son de suma importancia para dar respuesta a la demanda de consumidores cada vez más informados y más exigentes. A la vez, de cada uno se desprenden aspectos importantes que deben ser conducidos por estrategias interrelacionadas que mantengan la coherencia y que lleven al público cautivo a la fidelización.