La publicidad es una forma de comunicación que busca incrementar el consumo de un producto o servicio, insertar una nueva marca, y mejorar o reposicionar una imagen. En ese sentido, la publicidad se puede realizar de manera ética y no ética.
Por un lado, la publicidad ética es aquella que se emite con apego a las disposiciones jurídicas, la que señala las propiedades comprobables de los productos o servicios, y aquella que preserva la integridad. Por otro lado, la publicidad no ética, es aquella que tiene como única misión vender, sin apegarse a ningún código moral.
En este artículo queremos mostrarte los principios de la publicidad ética, que es la que siempre debe realizar tu empresa.
-Legalidad. Debe apegarse a las normas jurídicas vigentes.
–Veracidad y honestidad. La publicidad que se ofrezca sobre un producto o servicio debe tener características reales, es decir, que sean veraces y comprobables. Una publicidad ética no puede ofrecer conceptos engañosos.
-Respeto y dignidad. Mediante la publicidad no se pueden comunicar palabras ni imágenes ofensivas, ni promover actitudes de discriminación o denigración por razones de nacionalidad, condición social o económica, raza, religión, género, preferencia política, orientación sexual, características físicas o capacidades diferentes.
-Competencia justa. Una publicidad leal está lejos de denigrar las ideas creativas de terceros.
-Publicidad comparativa. Esto quiere decir que los bienes, productos, servicios o conceptos de la campaña son desarrollados y considerados elementos objetivos, verificables, representativos y relevantes en la comparación.
-Salud, bienestar y cuidado del medio ambiente. Una publicidad ética no debe incluir imágenes, textos o sonidos que induzcan a prácticas inseguras, contrarias a la salud física o mental, o que propicien daños al medio ambiente.
-Protección a la infancia. Una publicidad dirigida a un público infantil debe tomar en cuenta su vulnerabilidad, capacidad crítica, nivel de experiencia y credulidad.