Esa representación abarca elementos como el logotipo, tipografías, colores, papelería y maneras de aparecer en los cimientos donde tú lo permitas. Crear un manual de identidad corporativa que se adapte a los productos o servicios que ofertas es esencial previo a la instalación del negocio o durante sus primeros meses.
Esas normas de imagen te evitarán muchos dolores de cabeza, porque en un mercado tan competitivo, utilizar el diseño, tipografía o los mismos colores de otra empresa podría traerte problemas legales y hasta invisibilizarte.
De la identidad corporativa depende, entre muchas otras cosas, esa buena impresión que como negocio debes dar, el protagonismo que tu producto obtenga en comparación con otros negocios o bien, la aceptación o rechazo visual.
Se compone de elementos, muchas veces imperceptibles o ignorados, pero que sin ellos tu negocio no sería existente ante los ojos de los consumidores . Definir a tiempo todos esos detalles inherentes a la manera de comunicar a lo interno y externo, harán de tu negocio un comercio capaz de ser reconocido en todos los ambientes y escenarios en que se presente.
De hecho, hoy en día en marketing y publicidad, sin una imagen corporativa y, desde luego, sin criterios sistematizados, sería imposible que tu negocio pueda desarrollar campañas publicitarias y, por tanto, limitaría el alcance de tu pyme y su éxito.
La empresa debe establecer unos elementos ajustados al producto que vende. Los diseñadores que trabajan en la creación corporativa suelen inclinarse en la utilización de detalles atractivos, modernos y que atrapen con facilidad al target, con la esperanza de que tras verlos una vez, se quede en ese imaginario colectivo, principalmente en el de tus clientes metas.
Ahora con el avance de las nuevas tecnologías, los requisitos para el diseño gráfico de tu marca deben ser sensatos y seleccionarse en función de las plataformas que se utilicen. Es vital que se tome en cuenta los gustos del público al que te diriges para elegir, por ejemplo, los colores y estilos de tu presencia pública. Recuerda, tu empresa es el equivalente visual a ese logo, esa tipografía, esos colores y esa manera de comunicar. No la eches a perder.