¿Harás una presentación de negocios? Imagínate que ya estás en el escenario

¿Harás una presentación de negocios? Imagínate que ya estás en el escenario

¿Tienen algo en común las presentaciones de negocios y hacer comedia en un escenario? Más de lo que tú crees. Los comediantes son también emprendedores. A menudo escriben su propio material, reservan sus conciertos, organizan sus viajes, negocian y cobran directamente su indemnización a los propietarios de un club o cuando van a la televisión.

Tanto los comerciantes como los humoristas deben atraer y entretener a sus audiencias más exigentes. No podrían estar buscando risas, pero hay un montón de emergentes empresarios que pueden aprender de sus hermanos cómicos.Consejo #1 : Haz un fuerte comienzo

Debido a su corto tiempo en el escenario, los comediantes rápidamente deben hacer empatía con el público. A menudo, el éxito o el fracaso de la broma de inicio, determina qué tan buena es recibida toda la rutina de humor. En tú caso como empresario, abre tus presentaciones con una anécdota o una historia personal que establezca afinidad con tu público. Dile a quienes están en la reunión quién eres, cuál es tu pasión y por qué deben compartir esa pasión.

Consejo #2: Debes ser lo más expresivo posible

Los comediantes exitosos son muy conscientes de que a menudo son lo que son, no por lo que dicen ante el público, sino por cómo lo dicen. Los estudios han demostrado que aproximadamente el 55 por ciento de la comunicación del orador durante los primeros minutos de una presentación es no verbal. Un adicional de 38 por ciento es el tono de la voz. Sólo 7 por ciento de la comunicación inicial de un orador proviene de las palabras reales. Así que utiliza tu voz, la postura, los gestos y el aspecto físico para establecer el tono adecuado.

Consejo #3: Manéjate con los provocadores

El público tiene una identidad de grupo, incluso cuando no se conocen entre sí o tienen alguna afiliación formal. Esto crea un «nosotros contra ellos»: un paradigma entre el orador y la audiencia. Los comediantes experimentados entienden esta dinámica. Ellos saben que si se cierran ante una persona que interrumpe, se arriesgan a alienar a la gente. En cambio, los cómicos veteranos soportan interrupciones de una persona que entorpece hasta que quede claro que el público también está molesto. A continuación, el comediante cierra el provocador con la aprobación implícita de la audiencia.

Puede que no tengas provocadores en tus presentaciones, pero es probable que tengas un momento de preguntas y respuestas en donde serás cuestionado. Un miembro del público que hace una pregunta irrelevante o sin sentido no es tan diferente a una persona que interrumpe. El presentador debe responder con respeto. Si el interrogador continúa pidiendo fuera de la base o pregunta excesivamente señalado, el público comenzará a agitarse. Es entonces cuando el presentador cortésmente debe decirle al interrogador que dirigirá sus preguntas después que la presentación haya concluido. Se trata de conseguir que el público esté de su lado.

Consejo #4: Desarrolla una réplica

Los cómicos suelen pedir preguntas de la audiencia y hacer comentarios sobre su vida, lo que beben y cosas de momento. El público supone que el tipo de la «bebida femenina» existe y todos se ríen de él -aunque muchas veces no lo hace-.

Reprender o burlarse de quienes escuchan su presentación en una reunión, probablemente no es la mejor idea. Pero, solicitando su participación puedes ayudar a mantenerlos ocupados. Si es en un grupo pequeño, utiliza su nombre de pila y hazle preguntas de sondeo para descubrir problemas ocultos. Los cómicos, suelen hacer preguntas para retomar sus líneas y seguir con los chistes. En presentaciones de negocios, puedes implementar el mismo enfoque para subrayar los puntos claves de venta.

Consejo #5: Ensaya tu espontaneidad

En el documental “El Comediante”, el conocido actor y productor estadounidense Jerry Seinfeld, hace el esfuerzo para crear una nueva rutina de comedia. Deja claro que el nuevo material que crea un comediante puede ser exitoso inmediatamente. La comedia requiere ensayo y error extenso para separar las partes malas de aquellas que sí hacen realmente reír. Lo mismo ocurre con las presentaciones de negocios.

La próxima vez que asistas a un espectáculo de comedia, mira a los camareros. En la mayoría de los casos, ya tienen su cara totalmente seria, incluso a las bromas que originan más carcajadas. ¿Por qué?, porque han oído los chistes una y otra vez, en el mismo orden y se entrega en la misma forma «espontánea». La buena comedia aparece fuera de la manga y con fuerte improvisación, pero por lo general es el resultado de una práctica cuidadosa. Eso es lo que distingue a los comediantes profesionales de los aficionados. Ser espontáneos…repentistas.

Consejo #6: Pausa para respirar

La estimulación adecuada es de vital importancia en la comedia. Los comediantes tienen que esperar a que cada broma sea asimilada. Al mismo tiempo, ante la presencia de pausas alargadas, la gente tiende inmediatamente a aburrirse.

Una forma de asegurar una estimulación efectiva es establecer transiciones que alertan al público cuando se pasa de un tema a otro. En la comedia, existen preguntas como: ¿Hay alguien aquí de Dajabón? o ¿Ustedes escucharon la noticia acerca de…? se utilizan para la transición entre temas. Elementos claves mientras se verbaliza dan al público la oportunidad de recuperar el aliento y guiarlos al siguiente tema.

Consejo #7: No temas al humor

Este es un gran aspecto. El hábil uso del humor es ese detalle que los empresarios más grandes pueden aprender de los comediantes. Las presentaciones de negocios no tienen que ser aburridas con grandes diapositivas rellenando pantalla. Inyectando humor en sus conversaciones, hechas con criterio, permite hacer presentaciones más atractivas y, por tanto, impactantes. Las personas compenetradas son gente persuasible.

Consejo #8: Lleva el humor a casa

Los comediantes suelen implementar la “técnica de sujeta libros”, en la que hacen referencia a la broma en la que comenzaron al inicio, ya cuando termina su show. Esto le da a su actuación un sentimiento de simetría y un cierre al evento. Tú puedes hacer lo mismo: Se refieren a la historia de apertura en su discurso de clausura.

Aunque vuelvas o no al principio, mantener la línea es crucial. Así que llama a tu comediante interior y termina tu charla, tu presentación o conversatorio en una línea de aplausos que sobresaltará sus expectativas.