Un prospecto es un comprador que reúne las condiciones necesarias para beneficiarse de tus productos o servicios, sin embargo, aún no es tu cliente porque no ha realizado el proceso de compra.
Para elegir a un prospecto de manera correcta, tienes que tener claro quién es tu cliente ideal y estar consciente de que esa persona tendrá varias conversaciones contigo antes de que decida invertir en lo que le ofreces. Un punto importante en esta etapa es ofrecerle un valor agregado en cada una de esas conversaciones previas a dirigir la transacción.
También es importante que hagas una calificación previa, analiza si esa persona a la que pretendes venderle tiene realmente una necesidad que puedes suministrarle. Ten presente que es imposible ayudar a todo el mundo, aparte de que no es conveniente, ni estratégico ni eficiente y mucho menos rentable.
Otra medida que pueda ayudarte a identificar a tus prospectos es aplicándoles las siguientes dos preguntas; ¿Qué te preocupa? y ¿Qué es lo que quieres lograr? Si logran respondértelas, al instante sabrás si es realmente un cliente potencial.
Por último, ten presente que al final lo más importante no es que tengas más clientes, sino, poseer más clientes que realmente queden encantados con tus servicios y generen excelentes referencias a otros potenciales.