El marketing de atracción plantea la idea de cómo atraer usuarios hacia un determinado sitio de Internet (una web, un micrositio, una landing page o página de aterrizaje). Sin embargo, es un término insuficiente porque no abarca el concepto de inbound marketing de manera íntegra o completa, dejando fuera una parte importantísima: el proceso de automatización.
La diferencia entre marketing de atracción e inbound marketing radica en el alcance. Mientras el primero se centra exclusivamente en captar usuarios, el inbound abarca mucho más, ya que intenta preparar lo mejor posible a esos usuarios convertidos en registros (leads) para recibir una oferta comercial.
Dicha preparación se logra a través de un proceso de automatización dividido en varias fases, con el objetivo de educar al posible cliente para que en el momento de recibir una oferta, se encuentre lo más preparado posible para la compra, es decir, en el último estado del ciclo comercial.
El marketing de atracción es una de las dos grandes partes o fases en las que se divide el inbound marketing: la atracción y la automatización. Son conceptos distintos porque, sencillamente, uno forma parte de una metodología mucho más amplia y completa.
Para evitar que el usuario que has logrado atraer con tus contenidos no sea más que un internauta anónimo, es necesario convertirlo en un registro o I de ventas.Para lograr este objetivo, se utilizan con frecuencias formularios a los que el usuario llega a través de una landing page (página de aterrizaje), donde se produce un trueque de datos personales a cambio de contenidos con un nivel superior de calidad: guías, ebooks, infografías, comparativas de productos, etc.
Las páginas con diseños minimalistas y limpios funcionan mejor en términos de conversión porque ofrecen al usuario pocos inputs entre los que elegir. Para que la propuesta sea atractiva, es también imprescindible conocer las características de la persona con la que te comunicas.
El usuario debe sentirse a gusto, bienvenido y respetado. Tu marca debe susurrarle al oído lo que necesita saber para solucionar sus problemas. Además, debe percibir que al otro lado hay personas dispuestas a ayudarle.
El visitante prefiere y necesita los espacios interactivos. La web debe estar abierta para recibir feedback de los visitantes. Debemos incluir formularios de contacto, espacios para que valore productos y los comparta, posibilidad de dejar comentarios e incluir un servicio de asistencia vía chat online, etc.