Un contrato comercial es un acuerdo legal que se realiza entre dos partes donde se estipulan ciertos derechos y deberes. Los contratos se pueden realizar de manera escrita o verbal, pero siempre es recomendable que lo hagas de manera escrita.
Todos los contratos se pueden notarizar, sin embargo, los acuerdos más recurrentes y comunes de ser notarizados son los de otorgamiento de poderes especiales, las actas de asamblea, los contratos de compraventa, préstamos hipotecarios, la constitución de sociedades mercantiles, las pólizas y los protestos.
Según el Primer Congreso Internacional del Notariado Latino, celebrado en Buenos Aires, en 1948, “el notario es el profesional del derecho encargado de una función pública, consistente en recibir, interpretar y dar forma legal a la voluntad de las partes, redactando los instrumentos adecuados a ese fin y confiriéndoles autenticidad”.
Por consiguiente, es una muy buena práctica tratar siempre de realizar un contrato en frente de un notario público, que de fe de que ha visto la identificación personal de los firmantes y que declare que realmente son quienes dicen que son. Además, un notario es quien testifica que las personas han firmado de buena voluntad, teniendo la capacidad tanto mental como legal para hacerlo.
Si bien es cierto que notarizar implica un gasto extra a tu negocio, pero haciéndolo previenes futuros litigios e incurrir en mayores gastos en un eventual proceso judicial.
Por último, recuerda que el contrato debe de estar firmado y sellado por el notario para ser válido.