Un negocio informal es aquel que realiza sus actividades de espaldas a las leyes vigentes en el país, ya sean comerciales, sanitarias, fiscales o medioambientales. La informalidad genera grandes dificultades para el desarrollo económico y social de un país, además de que dificulta el crecimiento de tu negocio.
En el país, según informes oficiales, el trabajo informal constituye el 58% del mercado laboral y muchas empresas formales incumplen compromisos con el Estado. Se evade impuestos con frecuencia y se violentan otras normativas y legislaciones. Ante este panorama, es importante que como pyme reacciones ante los daños que genera. Entre otras cosas, afecta la creación de empleos y, por tanto, disminuye las capacidades sociales y financieras de la población.
Tú negocio debe promover la diferencia y ajustarse a las normas estatales. En efecto, con el pago de todos tus impuestos a la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), a nivel interno, y a la Dirección General de Aduanas (DGA), para importaciones, estás dando un gran paso mejorar la situación actual.
Algunos de los escollos que provoca es el alto grado de desconfianza en los productos o servicios que se ofrecen, precisamente porque en ocasiones el cliente no tiene garantía de su compra. Asimismo, se dan casos de productos robados o piratas, instalaciones inadecuadas, falta de higiene y única forma de pago en efectivo -lo que limita el acceso porque los productos bancarios son cada vez más útiles-.
Cuando una compañía emprende negocios ilegales conduce a la población que le compra a incluirse en ese círculo violatorio de leyes.
Algunos expertos también resaltan que incurrir en delitos te mantiene en una escala menor, es decir, que no conseguirás clientes importantes que generen mayores beneficios y oportunidades futuras para ti.