El arbitraje comercial internacional, ¿cómo funciona?

El arbitraje comercial internacional, ¿cómo funciona?

Para solucionar los conflictos comerciales generados de los procesos de compra o venta internacional, las empresas pueden apoyarse en el arbitraje comercial internacional, que observará la situación a partir de las normativas internacionales y, particularmente, las que se apliquen en ese país que se ha elegido como mediador.

Para que un arbitraje sea internacional las empresas involucradas deben tener sus negocios en diferentes estados y, al menos, una de las partes debe tener su negocio establecido en otra nación que no sea la sede del litigio.

Este es un proceso alternativo a la justicia mercantil internacional que está desvinculado de las partes. A diferencia de los tribunales locales, las cortes de arbitraje internacional son seleccionadas por los implicados porque confían en que sus medidas serán las más apropiadas.

El comercio internacional se rige por el derecho mercantil que se encarga de marcar pautas para las importaciones, exportaciones, los sistemas de suministro de los países y las balanzas comerciales.

En los arbitrajes, los involucrados son quienes deciden el país, la cantidad de árbitros o jueces, la ley que se adoptará y hasta el idioma en el que se ejecutará el proceso.

El proceso inicia tras finalizar una fase de negociación sin éxito entre los involucrados. Se introduce una demanda que se comunica a la otra parte y el tribunal procede a la elección de los mediadores. Una vez leído el expediente, se convoca a las partes para que los jueces escuchen sus declaraciones, se emite una decisión final que deberá ser acatada por las partes ya que en el sistema de arbitraje internacional no existen cortes de apelaciones.

Muchas empresas deciden buscar soluciones en cortes comerciales internacionales porque las consideran más ágiles, imparciales y simples para terminar los conflictos y avanzar con sus negocios.