Saber hacia dónde te diriges es lo que necesitas para trabajar en consecuencia. Conocer cuáles son los objetivos y prioridades de tus clientes es vital para tu desarrollo empresarial. En este proceso debes definir cuál es tu cliente meta para poder ofrecerle exactamente lo que busca, o más.
Existen muchos tipos de clientes, pero tener claro cuál es el tuyo, permitirá que tu negocio amplíe el portafolio de estrategias que se requieren para cumplir con las expectativas de los clientes.
Sin embargo, en el universo de ese segmento existen tácticas para alcanzarlos. Y la empresa debe estructurar sus acciones en armonía con cada área, para que ventas, marketing, administración, servicio al cliente y recursos humanos ponga ese grano de arena para satisfacer al consumidor, que como compañía te interesa.
Y es que reconocer tu target, es el primer paso para confeccionar desde ofertas valiosas, hasta la apariencia completa del producto, incluyendo el etiquetado, los colores, el diseño… Pero no se queda ahí. Esa certeza de quién es la persona que te compra, te permitirá, además, pensar a futuro sobre el servicio que debes darle tras la venta, el soporte -de ser necesario-, el nivel de garantía que necesita y qué métodos implementar para crear esa conexión con tu compañía de modo que lo motive a regresar.
Cuando ese consumidor obtiene lo que quiere, al precio que buscaba y con las mejores atenciones, ya tienes el principal punto a tu favor: llenaste sus expectativas.
Desde Impulsa Popular te presentamos algunas características de clientes para que puedas determinar detrás de cuál estás y enfocar tu trabajo hacia él.
Clientes innovadores. Toman riesgos y están siempre a la vanguardia, principalmente tecnológicas. Los expertos los definen como aquellos que de adaptan a la primera ola de los cambios, crean una vida de aventuras.
Adaptación temprana. Son quienes se adaptan al producto con rapidez, aunque no sean del primer grupo. Se interesan por la eficiencia y miran a futuro para sumergirse en las reformas.
De mayoría temprana. Son personas que analizan cada decisión que toman. Piensan dos veces antes de realizar una compra. Suelen esperar a que otras personas hayan probado su compra antes de adquirirlo.
Más tardío para la aventura. Una persona tradicional. Tardan en aprobar los cambios, pero una vez un gran grupo lo utilice, ceden un poco.
Rezagados. La duda es su principal característica. Se oponen a las reformas, teme al fracaso y no acepta las innovaciones.