La ética es un aspecto fundamental que debe ir siempre de la mano de la profesión, ya que en cualquier contexto es la que permite que un empresario actúe con profesionalidad y respeto.
A menudo en el aspecto laboral se deben tomar decisiones y negociar, siendo esta última acción de vital importancia para el crecimiento de la empresa. Cuando dos empresarios se reúnen a negociar hay un interés compartido y ambas partes quieren ganar.
Sin embargo, es importante separar a la persona del problema. Se debe hacer un lado las emociones y no ofender.
Otro punto importante es diferenciar los intereses, las posiciones, si se pone por encima la posición nunca llegará a ser una negociación, sino una imposición. Hay que incurrir en la negociación a los intereses en comunes, inclusive a los intereses discrepantes, porque ambos forman parte de la negociación.
Otro aspecto relevante para desarrollar una negociación profesional es buscar opciones de acuerdo mutuo. Aquella negociación donde una gana y el otro pierde, está muy alejada de la profesionalidad. Se debe tomar una decisión donde a corto o largo plazo ambas partes salgan beneficiadas, que como resultado es un ganar-ganar.
Tener criterios objetivos dentro de la negociación es otra decisión significativa por parte de los participantes. Asiste al encuentro con datos de mercado, con lo que dicen las leyes al respecto, las encuestas, los indicadores y las jurisprudencias. De esta manera tu presión disminuye y expones puntos de vistas fundamentados.
Asimismo, trata de incluir en tu negociación un lenguaje corporal apropiado, conversa con tu compañero de frente y muestra una postura de atención, pero siempre relajada.