Breves periodos de descanso, ya sea junto a la hora del almuerzo o en momentos del día determinados, permite la reposición de energías y aclara las ideas para retomar la rutina.
Los desordenes físicos que puede sufrir el cuerpo, en caso de no obtener suficiente descanso son muchos y pueden afectarnos a largo plazo. Desde enfermarnos con más frecuencia, aumentar las probabilidades de afecciones a largo plazo, hasta la incapacidad de desarrollar funciones motoras y mentales.
Además, nos hace más irritables y propensos a la caída en conflictos. Ninguno de los aspectos anteriores favorecen un entorno laboral productivo, por lo que resulta de vital importancia velar no solo por el descanso propio, sino también del equipo de trabajo.
En este sentido tiene gran relevancia el desarrollar políticas internas que contemplen breves periodos de descanso, ya sea junto a la hora del almuerzo o en momentos del día determinados, de modo que se puedan recargar tanto el cuerpo como el cerebro para fomentar la energía suficiente para continuar con las tareas pendientes, sin el letargo que a veces arrastra la hora del almuerzo.
¿Hablamos de hacer huecos en el trabajo para dormir? No. Se trata de definir rutinas con momentos de descanso. Los momentos de descanso, deben ser periodos de tiempo cortos, de 5 a 10 minutos, entre cambios de tareas o haciendo una pausa breve en caso de que sea una tarea extensa, para desconectarse. Eso quiere decir que si estábamos trabajando en el ordenador debemos alejarnos de la pantalla y descansar haciendo una actividad totalmente diferente. Entre algunas cosas que podemos mencionar, que favorecen el descanso de la mente y permiten retomar el trabajo con mayor claridad o motivación son:
- Tomar un café o un té. Ambas bebidas tienen propiedades favorables para reanimar el cuerpo y la mente, lo que nos ayudaría a retomar la jornada con muchas más energías.
- Ponernos de pie, caminar, movernos de espacio de trabajo por algunos minutos. Caminar es una forma bastante simple de facilitar el pensamiento creativo y la circulación de las ideas, además de que favorece al cuerpo, ya que mantenerse estático por demasiado tiempo puede desarrollar dificultades de circulación o molestias musculares.
- Conversar brevemente con un colega o compañero de trabajo. La conversación siempre ha sido una fuente de liberación de energías que saturan el cerebro. Al conversar con compañeros aunque sea solo algunos minutos incrementa la motivación y favorece el ambiente de trabajo.
Si bien las siestas cortas son una gran fuente de reponer energía, existen otras formas de mejorar la productividad en el ambiente laboral. Debemos recordar que resulta de vital importancia definir cuáles formas son o no son permitidas dentro del horario laboral, tomando las que vayan de acuerdo a las políticas de la empresa y aclarándoselo a los empleados ahora que luego no hay malentendidos innecesarios.