En ciertas ocasiones, dos o más empresas quieren unir esfuerzos para diseñar, construir o lanzar un nuevo producto. También para ofrecer un mejor servicio, compartir un espacio físico o abrirse paso en un nuevo mercado, aprovechando las áreas fuertes de cada empresa y disminuyendo costos, sin perder su identidad.
Para cubrir esta necesidad surge el joint venture, que es un tipo de acuerdo comercial de inversión conjunta a mediano o largo plazo entre dos o más personas o empresas.
Son conocidas también como alianzas estratégicas y comerciales, donde las empresas realizan aportaciones de diversas índoles a ese negocio en común. Puede consistir en materia prima, capital, tecnología, conocimiento del mercado, ventas, canales de distribución personal, financiamiento o producto.
Dicha alianza no implica la pérdida de la identidad e individualidad como persona jurídica de las empresas. La idea base de formar un joint venture es unir conocimientos, aptitudes y recursos, compartiendo a su vez los beneficios, esfuerzos, responsabilidades y los riesgos, para así lograr un fin común.
La diferencia entre un joint venture y una fusión es que en el caso de un joint venture las empresas A y B se unen para formar una empresa C. Existiendo así tres empresas. Sin embargo, en una fusión, la empresa fusionada se consolida con la empresa fusionante, creando una sola empresa.
Por ejemplo, un joint venture surge cuando una compañía telefoníca firma un contrato de este tipo con una empresa de videojuegos.
La idea de este contrato es diseñar, producir y comercializar el primer teléfono con la plataforma de video juegos más avanzados del mercado. Ambos poseen una especialización que los hace fuertes por separado, pero al aunar conocimientos pueden lograr un objetivo nuevo.
El contrato establece la proporción de las ganancias para cada una de las empresas que resulten de este proyecto.
Un joint venture te permite compartir recursos financieros, superar barreras comerciales, facilita la mejora de sistemas de calidad, tiende a promover la investigación y con ello el avance tecnológico y gerencial, que lleva a un incremento de productividad.