En un entorno cada vez más digital y flexible, la forma en que trabajamos continúa cambiando constantemente, y La gig economy o economía colaborativa ha irrumpido con fuerza, redefiniendo la relación entre empresas y trabajadores. ¿Es este fenómeno una oportunidad de crecimiento o una amenaza para las empresas tradicionales de servicios?
A continuación, descubre el impacto de la gig economy en el sector servicios, sus beneficios, riesgos y cómo las pymes pueden adaptarse a esta nueva realidad.
¿Qué es la gig economy y por qué está en auge?
La gig economy se basa en trabajos por encargo, tareas temporales o servicios freelance, usualmente gestionados a través de plataformas digitales como Uber, Rappi, Fiverr, Upwork o Airbnb. En lugar de contratos a largo plazo, los trabajadores son contratados por proyecto, ganando autonomía y flexibilidad.
Este modelo ha crecido por:
- Avances tecnológicos que facilitan la conexión entre oferta y demanda.
- Interés de las nuevas generaciones por trabajos flexibles.
- Necesidad de las empresas de reducir costos fijos y adaptarse rápidamente al cambio.
Según Statista, se estima que en 2025 más del 50% de la fuerza laboral en EE.UU. formará parte de la gig economy.
Beneficios de la gig economy para las empresas tradicionales
Algunas ventajas que este modelo aporta a las empresas tradicionales son los siguientes:
1. Reducción de costos operativos
Al contratar talento freelance, las empresas minimizan gastos en nómina, beneficios laborales y oficinas físicas, mejorando la eficiencia y permite destinar más recursos a áreas estratégicas.
2. Acceso a talento global y especializado
La economía de plataformas permite contratar expertos en cualquier parte del mundo, abriendo nuevas posibilidades para proyectos que requieren habilidades puntuales sin asumir compromisos a largo plazo.
3. Mayor agilidad y escalabilidad
El modelo por proyectos facilita que las empresas se adapten rápidamente a los cambios del mercado, sin depender de estructuras rígidas o procesos de contratación extensos.
Desafíos que representa la gig economy para las empresas tradicionales
– Dificultad para fidelizar talento
Los trabajadores de la gig economy priorizan la libertad y pueden cambiar de clientes fácilmente, lo que puede dificultar la construcción de una cultura organizacional sólida o la estandarización de la calidad en el servicio.
– Competencia de modelos más ágiles
Empresas 100% basadas en plataformas, como Uber o Airbnb, han revolucionado sectores completos con costos menores y mayor personalización. Es por esta razón que las empresas tradicionales que no se adapten podrían perder relevancia rápidamente.
– Riesgos legales y reputacionales
El uso intensivo de freelancers sin regulaciones claras puede derivar en conflictos legales o problemas de imagen, por consiguiente las empresas deben asegurarse de cumplir con las leyes laborales y ofrecer condiciones justas.
¿Cómo pueden adaptarse las empresas tradicionales?
La clave está en adoptar un modelo híbrido, combinando lo mejor de ambos mundos:
- Mantener equipos internos para roles clave y estratégicos.
- Contratar freelancers para proyectos específicos, reduciendo riesgos y optimizando recursos.
- Establecer procesos claros para integrar talento externo sin comprometer la calidad.
Además, es vital capacitar al equipo en la gestión de trabajadores remotos, el uso de plataformas digitales y la protección de datos.
La gig economy no debe verse como una amenaza inevitable, sino como una oportunidad para innovar. Aquellas empresas que sepan integrar esta nueva forma de trabajo en su modelo de negocio podrán ser más eficientes, competitivas y resilientes.
Recuerda que el cambio es inevitable, pero lo que marcará la diferencia será la capacidad de adaptación.

