Para las empresas donde la colaboración y el trabajo en equipo son fundamentales para el éxito, comprender cómo se desarrollan y evolucionan los equipos es crucial para cualquier líder o gerente. Una herramienta invaluable para este propósito es el modelo de desarrollo de equipos de Tuckman y Jensen, también conocido como la “escalera de Tuckman”, el cual es un enfoque, que ha resistido la prueba del tiempo desde su introducción en 1965 y su posterior refinamiento en 1977, ofrece una hoja de ruta clara para guiar a los equipos desde su formación inicial hasta su máximo rendimiento.
La escalera de Tuckman y Jensen consta de cinco etapas distintivas: formación, conflicto, normalización, desempeño y disolución. Cada etapa presenta sus propios desafíos y oportunidades, y comprender estas dinámicas puede marcar la diferencia entre un equipo mediocre y uno excepcional. Veamos cómo podemos utilizar este modelo para desarrollar equipos de trabajo altamente efectivos.
Formación: sentando las bases
En esta etapa inicial, los miembros del equipo se están conociendo y familiarizándose con sus roles y responsabilidades, en esta fase es crucial que el líder establezca las expectativas claras y fomentar un ambiente de apertura y confianza. En este escalón de la escalera se sugiere que organices actividades de team building para romper el hielo y facilitar las conexiones personales, así como también establecer objetivos claros y asegúrate de que todos comprendan la visión del proyecto o la tarea en cuestión.
Consejo práctico: Implementa un “contrato de equipo” donde los miembros colaboren para establecer normas de trabajo y comunicación.
Conflicto: navegando en aguas turbulentas
La etapa de conflicto es a menudo la más desafiante, pero también la más crítica para el crecimiento del equipo, por eso hay que tener claro que los desacuerdos y las tensiones son normales y hasta necesarios. Como líder, tu papel es facilitar discusiones constructivas y resolver conflictos de manera productiva. Fomenta la comunicación abierta y el respeto mutuo.
Consejo práctico: introduce técnicas de resolución de conflictos y anima a los miembros del equipo a abordar los desacuerdos directamente, pero con empatía.
Normalización: encontrando el equilibrio
En esta etapa, el equipo comienza a cohesionarse y a desarrollar una identidad colectiva, ya que es el momento de reforzar los roles y responsabilidades, y de fomentar un sentido de unidad. Celebra los pequeños logros y reconoce las contribuciones individuales.
Consejo práctico: implementa reuniones regulares de retroalimentación donde los miembros puedan compartir sus perspectivas sobre el progreso del equipo y sugerir mejoras.
Desempeño: alcanzando la excelencia
Esta es la etapa donde el equipo opera a su máximo potencial. Los miembros trabajan de manera interdependiente y eficiente. Como líder, tu papel es proporcionar los recursos necesarios y eliminar obstáculos. Fomenta la innovación y desafía al equipo a superar sus propios límites.
Consejo práctico: Introduce proyectos desafiantes o metas ambiciosas para mantener al equipo comprometido y en crecimiento continuo.
Disolución: cerrando el ciclo con gracia
A menudo se pasa por alto, esta etapa es crucial para proyectos a corto plazo o equipos temporales, ya que facilita una transición suave, celebra los logros y asegúrate de que las lecciones aprendidas se documenten y compartan.
Consejo práctico: organiza una sesión de “lecciones aprendidas” y un evento de celebración para marcar el final del proyecto o la transición del equipo.
Aplicando el modelo en la práctica
Para utilizar efectivamente la escalera de Tuckman y Jensen, es esencial que antes identifiques en qué etapa se encuentra tu equipo y adaptar tu liderazgo en consecuencia.
Aquí hay algunas estrategias adicionales que puedes utilizar para implementar este modelo:
1. Evaluación continua: realiza evaluaciones regulares para determinar en qué etapa se encuentra tu equipo, esto puede hacerse a través de encuestas anónimas o discusiones abiertas.
2. Flexibilidad: sé flexible en tu enfoque, ya que diferentes equipos pueden moverse a través de las etapas a diferentes velocidades o incluso retroceder a etapas anteriores en momentos de cambio o estrés.
3. Comunicación transparente: mantén una comunicación abierta sobre el proceso de desarrollo del equipo, ten presente que compartir el modelo con tu equipo puede ayudarles a entender y navegar mejor las diferentes etapas.
4. Desarrollo de habilidades: ofrece oportunidades de capacitación enfocadas en las habilidades necesarias para cada etapa, como resolución de conflictos para la etapa de conflicto o toma de decisiones colaborativa para la etapa de Desempeño.
5. Celebración de hitos: reconoce y celebra cuando el equipo avanza a una nueva etapa, esto refuerza el progreso y motiva al equipo a seguir desarrollándose.
El modelo de Tuckman y Jensen no es una fórmula mágica, sino una herramienta poderosa para entender y facilitar el desarrollo de equipos que, al momento de aplicarlo conscientemente, los líderes pueden crear ambientes que fomenten la colaboración, la innovación y el alto rendimiento. Recuerda, el desarrollo de un equipo es un proceso continuo, y la verdadera maestría está en saber adaptar tu enfoque a las necesidades cambiantes de tu equipo en cada etapa de su viaje.