La metodología Agile nace con la finalidad de mejorar la gestión de proyectos, principalmente en el sector de la informática y la tecnología, convirtiéndose en un modelo estandarizado de aplicabilidad en otros segmentos de negocios gracias a los buenos resultados obtenidos.
Esta metodología se ha caracterizado por romper con los esquemas anteriores de proyectos, centrándose más en las personas, la adaptación y la transformación para mejorar la satisfacción del cliente.
La metodología Agile fue concebida sobre la base de 12 principios fundamentales, que se hacen imprescindible para el éxito a la hora de aplicar este método.
- La satisfacción del cliente es la base del proyecto, por ende se debe trabajar en crear productos de valor y calidad que satisfagan sus necesidades.
- Los nuevos cambios y requisitos son bienvenidos ya que promueven la mejora continua de un producto o servicio.
- Divide el trabajo en fases productivas, programa las entregas por semana o quincenales, de esta manera aumentarás la posibilidad de ejecutar cada tarea.
- Medir el progreso y la evolución de los procesos es un elemento esencial.
- La manera de ejecutar los proyectos debe garantizar su continuidad y el desarrollo sostenible del mismo.
- Los líderes de proyecto deben trabajar conjuntamente con equipo creando cercanía, no es lo mismo liderar desde el despacho que desde el terreno de trabajo.
- Para una comunicación más efectiva, el gestor de proyecto debe buscar la manera de mantener cada cierto tiempo conversaciones cara a cara, tanto con el cliente como con el equipo de trabajo.
- La confianza y la motivación son elementos claves para el éxito de los procesos.
- La excelencia técnica y el buen diseño nunca deben perderse para mantener la calidad del trabajo.
- Procura que las tareas sean lo más sencilla posible, conservar la simplicidad en las tareas es esencial para un mejor desarrollo de las mismas.
- Si bien debe existir una figura de supervisión, los equipos de trabajo deben ser capaces de autogestionarse.
- En la metodología Agile es vital que los líderes de proyectos tengan la capacidad de adaptarse a circunstancias cambiantes.