Los desacuerdos y con ello el conflicto, se desarrollan de manera común en el lugar de trabajo. Una situación conflictiva se convierte en un problema, primero por el enfoque de buscar “tener la razón” en lugar de buscar ser escuchados y escuchar al otro; y también por la predisposición a ver las situaciones de conflicto como algo negativo y que debes evitar a toda costa.
Si cambias de perspectiva, si visualizas el conflicto desde la mediación entrenándote para ello, exploras de manera práctica nuevas formas de proponer soluciones y encontrar en este una oportunidad de crecimiento que incluso pueda beneficiar a la empresa.
Aquellos líderes que ven en el conflicto una oportunidad y no un problema pueden lograr convertir esta situación en beneficiosa. Si las partes involucradas en el desacuerdo sugieren soluciones de manera creativa, emergerá del problema algo completamente nuevo o propuestas integradoras.
El superar el conflicto puede promover incluso mejores relaciones entre compañeros, ya que en la medida que comprendas y valores las ideas divergentes así como la visión de los colegas, desarrollaremos vínculos afectivos, de respeto y admiración.
Digamos que, una situación conflictiva es la materia prima para el cambio e ideas creativas que desarrollen en la empresa cambios positivos, tanto en las personas como en los procesos organizacionales.
Con ello no queremos decir que no se trate de una situación delicada y que plantee grandes desafíos, pero ello cuenta con el potencial de convertirse en un suceso favorable para la empresa en la medida que hagamos de el un suceso constructivo, efectivo y útil. El conflicto puede decirse que no es ni negativo ni positivo es simplemente una situación que puede ser manejada correctamente. Lo que lo coloca en un extremo de la balanza u otro es el enfoque con que lo abordas.
Algunos puntos cruciales para abordar el conflicto como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje son los siguientes:
Entendimiento. Antes de poder pensar en soluciones, debes entender cómo surge el conflicto, cuál es la fuente. Se trata de adquirir conciencia, bien sea desde dentro porque estamos involucrados de manera directa o como mediadores colocándonos en la posición de los implicados. Esto implica comunicación entre las partes, reconectar vínculos, siempre manteniendo claro los objetivos. No se trata de “ganar” sino de comprender para alcanzar el éxito en equipo.
Crecimiento. El crecimiento tanto a nivel personal como en el plano profesional debe ser parte de nuestro proyecto de vida y es un factor que debe trabajarse de manera continua. En la medida que prestas atención a tus acciones y decisiones como a la de los demás, podrás tener una visión más amplia, abierta a las diferencias, valorando las personas que te rodean. El infravalorar las capacidades de los demás nos aleja del crecimiento ya que cada compañero y las relaciones interpersonales que desarrollas consisten en una oportunidad para el avance, en el nivel personal y en el profesional.
Visión hacia resultados positivos. En lugar de buscar culpables, es decir en posibles errores particulares, se debe desarrollar un enfoque más amplio enfocándote en el proceso. ¿Tenían las partes involucradas información suficiente para desarrollar su trabajo de manera eficiente? ¿Qué problema existe en este proceso que lleva el conflicto? ¿Hubo algún factor externo que dificulta el flujo laborar entre las partes?
Enfocarse en el proceso en lugar del suceso o de los culpables, permite mantener el enfoque hacia los objetivos, hacia resultados positivos. Es natural que se cometan errores, pero una vez cometido se debe buscar mejorar el proceso que condujo al error.
Comunicación. El punto anterior puede llevarte a entender que los conflictos en muchas ocasiones se deben a fallos en la comunicación. En este sentido, debe animarse a los involucrados a salir de su posible dilema interno y conversarlo. Si se pide la opinión de cada uno, su versión de los acontecimientos escuchándolos con una mente abierta, puede desarrollarse un diálogo significativo. A partir del diálogo, podrás contemplar nuevas posibilidades de resolución de conflictos e incluso mejoras en otros procesos que impulsen la productividad, a creatividad y la innovación.
Debes recordar que hacer de los conflictos una oportunidad para la productividad, el cambio positivo y el aprendizaje implica competencias de inteligencia emocional como empatía, desarrollar una consciencia de los acontecimientos, de tu parte en ello y de escuchar. Intenta no cerrarte a los demás con miras a resoluciones positivas, al final, se trata de que el conflicto conlleve al cambio, y el cambio es parte importante del crecimiento organizacional.