Diferencias entre benchmarks y Key Performance Indicators

Diferencias entre benchmarks y Key Performance Indicators

Se entiende por benchmark a los parámetros que funcionan como punto referencia para evaluar el desempeño o los niveles de calidad de los procesos de una empresa. Con frecuencia suele confundirse con los Indicadores Clave de Rendimiento, conocidos por sus siglas en inglés KPI (Key Performance Indicators), ya que en ambos casos se establecen momentos de inflexión en el rendimiento de las empresas y que ayudan a eficientizar los procesos. De ahí la importancia de establecer una clara diferencia entre uno y otro.

 

Por definición, benchmark consiste en la estrategia de comparar el rendimiento, bien sea interno como externo, de la empresa con el de otro tipo de organizaciones incluyendo en algunos casos a la competencia. Los KPI, hace referencia también a comparar procesos, pero en lugar de hacerlo con otras entidades, establece una relación con los objetivos estratégicos determinando en que medida las acciones o procesos actuales permiten la consecución de los mismos.

 

El benchmark habla sobre puntos de referencia comparando los niveles propios de ejecución con los niveles de los demás, esto aplica en cualquier aspecto de la empresa. Busca sobre todo hacer los procesos más eficientes e implementar modelos de negocios, tecnología y herramientas actualizadas para los fines. ¿El propósito? Ganar niveles de visión que permitan que la estrategia evolucione. No quiere decir que debemos hacer lo que todos están haciendo, pero un mayor dominio de conocimiento de las demandas del mercado, de cómo los demás están tratando con ello y otorgar un poder mayor para la implementación de acciones efectivas en el contexto particular de la empresa, así como también la destreza de poder dar respuesta de forma rápida y efectiva a los cambios o imprevistos en las diferentes áreas de la empresa.

 

A pesar de que es frecuente escuchar en las empresas de la planificación estratégica por objetivos, no necesariamente resulta familiar el hablar sobre los Indicadores Clave de Rendimiento (KPI). Usados propiamente, este tipo de indicadores pueden hacer una diferencia en el éxito de la estrategia de negocios. Para entender en qué sentido estos pueden ayudarnos, los KPI proveen formas para medir, que tan bien las compañías, los proyectos independientes o dentro de una empresa, están actuando de acuerdo a las metas y objetivos estratégicos previamente establecidos.

 

Se trata de información vital que permite a las organizaciones que entiendan si se encuentran bien encaminadas o no. Si están bien desarrollados, dan una visión clara del estatus de los negocios y si es en el punto que deberían estar de acuerdo a los lineamientos establecidos.

 

Tanto los benchmarks como los KPI son herramientas poderosas para la toma de decisiones, porque ayudan a simplificar la complejidad de los procesos organizacionales a datos o indicadores manejables que podrían hacer más asertivas las decisiones y mejorar la ejecución.

Considerando la complejidad del trabajo empresarial, se hace necesario el desarrollo de múltiples formas de identificar su lugar dentro del mercado y respecto a sus objetivos, y si este punto es beneficioso o no para con sus objetivos y las metas propuestas de modo que puedan tomar un nuevo curso o continuar en mismo para adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado. Debe ser posible medir el progreso dentro de los negocios en tiempo real o de forma inmediata, de modo que se puedan tomar las acciones necesarias para mantener el negocio a flote. Ambas herramientas pueden funcionar para estos fines, pero dependerá de la situación y contexto de nuestra empresa el identificar cuál de las dos resulta más oportuna de implementar en un momento determinado.