Para una empresa involucrarse en el cuidado ambiental no debe enfocarse desde los impedimentos y costos extras que implicaría desarrollar políticas a valor de la naturaleza, sino desde la visión más positiva que le ayude a observar posibles oportunidades de negocio.
De hecho, lo que antes constituía un gran dolor de cabeza, se mira como un incentivo para que las empresas en general, entre ellas las pymes, puedan expandir sus horizontes, incluso como un atractivo para los mercados internacionales.
El tema ambiental, que actualmente países de todos los continentes trabajan con iniciativas público-privadas, constituye un estímulo para la industria de bienes y servicios ambientales que según reportes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, contenida en un estudio a pymes latinoamericanas, genera unos US$300 mil millones de pesos cada año.
Esto crece cada año porque se intensifica la lucha mundial contra el cambio climático, de manera que las compañías que se dedican a ofrecer productos para el manejo ambiental serán más rentables con el tiempo. Es más, este sector es considerado por los expertos como una nueva fuente para aprovechar.
Por otro lado, este tema, novedoso por las situaciones climáticas que representa a corto, mediano y largo plazo, es una oportunidad para que las pequeñas y medianas empresas utilicen procesos amigables con el medio ambiente, y gracias a este valor, sean más atractivas para grandes economías que cuentan con políticas ambientales activas, estrictas y bien definidas.
Las grandes corporaciones internacionales cada vez se interesan más por crear relaciones con empresas abanderadas de la sostenibilidad ambiental, cuyos productos son el vivo ejemplo de su compromiso con el cuidado del planeta. Así lo ha señalado un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).