Cuatro herramientas de coaching y cómo implementarlas con tus colaboradores

Cuatro herramientas de coaching y cómo implementarlas con tus colaboradores

Coaching o mentoría es acompañar a una persona o equipo en su espiral de movimiento, crecimiento, desarrollo, aprendizaje y liberación de sus talentos y habilidades. En el mundo corporativo aplicarlo ofrece múltiples ventajas, tanto a las posiciones de liderazgo como a los demás miembros, y esto por su importante capacidad de incidir en las personas, cambiando su enfoque y con ello las acciones que les permitan realizar cambios extraordinarios a nivel personal y profesional.

A continuación, detallamos las herramientas de coaching que pueden ser aplicadas, atendiendo al contexto y objetivos de la empresa.

Rueda de la vida. Herramienta que evalúa los aspectos más importante de la vida de los sujetos a través de un gráfico circular que separa en partes iguales los diez aspectos (o la cantidad que así consideremos) más importantes, permitiendo hacer conciencia, pero al mismo tiempo visibilizar cuáles aspectos se deben desarrollar para mantener una rueda (vida) mucho más equilibrada y acorde con nuestras metas. Se trata de una herramienta simple, que busca sobre todo evaluar la situación actual, para identificar las áreas de mejora. Además, es una evaluación introspectiva, ya que cada persona de forma independiente, y lo más honesta posible, debe llenarla. Entre los aspectos que suelen trabajarse con más frecuencia están la salud, finanzas, trabajo, diversión y ocio, relaciones amorosas o matrimonio, desarrollo personal, familiar y de amistad. Cada aspecto área/línea ha de marcarse con un punto que evalúa del cero al 10 y al momento de realizarla debemos calificar  cada aspecto de acuerdo a qué tan satisfecho estás en cada una.

 

Ventana de Johari. Se trata de una herramienta de psicología cognitiva y popularizada a través del coaching, nombrada precisamente por la combinación de los nombres de sus creadores, los psicólogos Joseph Luft y Harry Ingham. Se realiza de forma individual pero también puede ser una excelente dinámica de grupo y funciona como modelo de análisis para ilustrar los procesos comunicativos, relaciones interpersonales, autopercepción y otros de interacción humana. Se desarrolla de la manera siguiente: establecemos cuatro cuadrantes: área pública (lo que los demás conocen, lo que yo conozco); área ciega (lo que los demás conocen, lo que yo desconozco); área oculta (lo que los demás desconocen, lo que yo conozco); y el área desconocida (lo que ni los demás ni yo conozco). El recuadro del centro donde convergen las cuatro áreas es la ventana de Johari. A través de este tipo de ejercicios se pueden descubrir habilidades y puntos fuertes que quizás se desconocen, como también identificar puntos de mejora.

 

SMART: Definición de objetivos. Las herramientas anteriores, que se caracterizan por la capacidad de evaluar y analizar a los sujetos, describen la situación que permite la definición de objetivos dependiendo del cómo seremos capaces de realizarlos. Para ello, resulta bastante útil el método SMART, que, si bien es la palabra inglesa para inteligente, en coaching consiste en un ácronimo de las palabras specific (específicos), measurable (Medibles), agreed (concertados), realistic (realistas), time phased (planeados por etapas). Estos términos son la clave para realmente conseguir realizar los objetivos propuestos ya que si no son específicos, divagaremos sobre qué hacer en cada situación, si no son concertados no estaremos seguros de sí seguir avanzando, realistas, aterrizados en lo que podríamos lograr, y, por último, pero no menos importante está el planificarlo por etapas. Se trata de un punto muy importante para la consecución de las metas, el enunciarlas siempre en positivo, de modo que la mente pueda concentrarse en ello.

 

Visualización. Consiste en visualizar las tareas futuras (ya sea en el corto, mediano o corto plazo), como una proyección traída al tiempo presente. Colocándonos en el tiempo futuro de la meta planteada, con la visualización miramos hacia atrás para ver cómo hemos hecho el camino, analizando las tareas que fueron necesarias para la consecución del objetivo, tareas que podemos empezar a aplicar. Para hacer el ejercicio debemos sacar un momento de tranquilidad, de modo que no tengamos interrupciones, cerrando los ojos iniciamos la visualización con el mayor detalle posible. Fechas, ambiente, ropa que estamos usando, nos visualizamos llevando a cabo todas las acciones que fueron necesarias para que nos encontremos aquí, en el momento futuro. La visualización puede realizarse en solitario o de forma guiada. Es de gran importancia que inmediatamente termines, tomes lápiz y papel para asentar las ideas que pudiste rescatar del proceso mientras aún tienes esa energía.

 

Estas son algunas de muchas otras que pueden implementarse en el entorno de trabajo. Un empleado que esté más consciente de sí mismo, de sus objetivos, pondrá resultados que incidan de forma más significativa a los objetivos de la empresa, permitiendo además el desarrollo de un ambiente de trabajo mucho más comprometido. Por último, resulta de gran importancia entender que estas herramientas y el coaching, tratan más que de teoría o acumulación de conocimiento, de la práctica, por lo que requieren de ciertas habilidades para su aplicación y seguimiento.