En el marco del Día de las Micro, Pequeña y Mediana Empresa, es fundamental destacar la importancia de las pymes en el desarrollo económico del país y resaltar su rol en la sociedad como ente activo generador de empleos y soluciones para la comunidad. Es por ello que cada día se hace más imperativo trabajar en seguir impulsando su crecimiento con estrategias como el benchmarking.
Hablar de “benchmarking” es hablar de estrategia de referencias. Consiste en la búsqueda de la mejora de los procesos en función de otra empresa que ya haya logrado solucionar de forma exitosa aquello que buscamos mejorar.
Considerando que nos encontramos en un entorno de gran competitividad, resulta razonable el ganar ventaja aprendiendo de la comparación. No se trata de copiar las acciones de la empresa de referencia, ya que nuestra compañía debe interpretar las estrategias exitosas y aplicarlas a sus necesidades, características y contexto específico.
Existen múltiples beneficios para las empresas al implementar estrategias de benchmarking, estos se pueden aplicar a productos y servicios, desempeño laboral, planificación, mejora de cadenas de suministros, gestión de recursos humanos, etc., entre los que se pueden mencionar: implementar una estrategia de benchmarking están el elevar los niveles de calidad, el aumento de la productividad, la mejora de los procesos internos, tener un mayor conocimiento del mercado, identificar riesgos, mejorar la planificación estratégica, concebir pronósticos, generar nuevas ideas, actualizarse en prácticas modernas de negocios, entre otras.
Entre los tipos de benchmarking numerosos autores coinciden mayormente en los siguientes:
Benchmarking interno: Se aplica de forma interna entre departamentos o divisiones de la misma empresa para evaluar mejoras, competencias, desarrollo de innovaciones, o para crear un ambiente de competencia interna que funja como motivación adicional entre los empleados. El benchmarking interno permite una mayor fluidez de los procesos, el trabajo por resultados y suele mejorar la comunicación interna de la empresa.
Benchmarking competitivo: Como su nombre lo explica, compara los resultados propios con una empresa de la competencia. Suele ser bastante popular, pero al mismo tiempo resulta complicado de implementar, ya que difícilmente la competencia accederá a compartir los datos necesarios para realizar el estudio, ya que pueden suponer el punto de partida para tener una ventaja competitiva. También, en ocasiones los datos de procesos y diseños pueden encontrarse patentados con licencias muy limitadas.
Benchmarking funcional: También concebido como benchmarking genérico, hace referencia a la comparación de los resultados de una empresa con otra, que no funge como competencia directa. Este suele ser mayormente aplicado en procesos y practicas teniendo como objetivo principal identificar prácticas específicas en empresas que hayan ganado notoriedad por su excelencia en los aspectos determinados a los que se le realizará la técnica. Sus dificultades se encuentran en adaptar los datos a una realidad diferente, ya que la naturaleza de la empresa de referencia puede ser significativamente diferente a ciertos aspectos de la empresa a implementarlo.
La implementación del benchmarking en cualquiera de sus formas, requiere una visión a largo plazo e implica identificar el objeto o necesidad en su empresa. Mientras más específicos seamos mayor efectividad podremos obtener; luego identificamos la compañía que destaca en ese procedimiento en particular pasando a estudiarla de forma exhaustiva. A partir de allí se procede al análisis de la información que se ha podido recabar. La etapa de la investigación y obtención de los datos a analizar es de suma importancia, podemos estudiar sus capacidades gerenciales iniciativas estratégicas, desarrollo de productos y servicios, cualidades que a largo plazo les hayan llevado a ser exitosos.
Para las pymes, una estrategia de benchmarking puede consumir recursos humanos y de tiempo, pero el implementar un análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas) a los puntos particulares que son de interés a mejorar en la empresa, puede ser una técnica efectiva de simplificar los procesos de recolección de información y de análisis. La clave se encuentra en implementar los descubrimientos dedicando menos esfuerzo a el análisis de porqué se había hecho de forma diferente.