El riesgo financiero es la probabilidad de que una empresa sufra efectos negativos en sus finanzas. Existen varios tipos de estos peligros y aquí mostraremos algunos de ellos:
- El mercado: podemos mencionar los que son de tipo de financiación o financiamiento, referente a las fluctuaciones en las tasas de interés de los préstamos que tiene o que adquirirá una empresa. También los del valor de las tasas monetarias de un país, o el cambio de valor en sí de la moneda del país donde se opera. Y, por último -aunque en menos casos-, en las variaciones del valor de bonos, acciones o certificados (en su mayoría este es un riesgo al que no se exponen muchas pymes por no figurar en el mercado de valores).
- Liquidez: este es uno de los mayores riesgos que afectan a las pymes. Y es que, en general las compañías trabajan con presupuestos muy apretados. Si la facturación o un cobro de una factura se retrasa, esto se traduce a un menor flujo de ingresos, mientras que los egresos se mantienen prácticamente fijos.
- De operaciones: estos son conocidos por la renuncia de personal inesperadamente, fallos de los equipos de la empresa, en la producción u otros eventos no previstos.
- Legales: tales como la creación de contratos, publicaciones o simplemente acciones que puedan terminar en una demanda, y por ende, en un gasto financiero importante para la empresa.
Uno de los más importantes, que hemos decidido mencionar es el riesgo financiero de inversión. Toda inversión supone un riesgo, sobre todo si se trata de una expansión o la creación de un nuevo producto o servicio. Para las pymes, las nuevas inversiones pueden ser determinantes para su desarrollo, por lo que recomendamos un especial cuidado al decidir dar este paso.
