Las pequeñas y medianas empresas tienden a sufrir de mucho riesgo cuando el mercado, crédito, liquidez o incluso sus operaciones merman. Esto es lo que constituye el riesgo financiero en una compañía. Por tanto, es imprescindible mantenerse vigilante para minimizar los riesgos y evitar problemas mayores.
A continuación, te presentamos algunos consejos para evitar estos riesgos:
- Anticipación. Prever el futuro es algo muy difícil, pero, con una buena planificación financiera y el cumplimiento de lo planificado sin incurrir en gastos innecesarios ayuda.
- Evaluación. Considerar cada paso de la empresa, desde la operatividad hasta la inversión en un nuevo proyecto.
- Variación. Establecer estrategias de inversión que diversifiquen los servicios o productos de la compañía reduce los gastos mayores en nuevas inversiones en mercados.
- Seguros. Una práctica muy utilizada por las compañías de la nueva era es la de contratar o asegurar los activos.
- Liquidez. Manejar el capital de la empresa de manera que siempre exista un fondo para imprevistos.
- Facturación y cobro. Uno de los principales problemas para el punto anterior tiene que ver con la facturación y cobro. En muchas ocasiones las pequeñas y medianas empresas facturan mucho, pero se demoran en cobrar, esto genera un problema de liquidez que puede ser riesgoso.
- Crédito. De igual forma este punto va relacionado al anterior. Si existe un problema en el cobro, se debe considerar mantener una línea de crédito que permita a la empresa no perder liquidez y poder enfrentar situaciones imprevistas.
Estos puntos pueden ayudar a reducir los riesgos financieros, pero también es recomendable no perder la calma o desesperarse a la hora de analizar la situación financiera. La paciencia es una capacidad que debe tener todo empresario para afrontar estas situaciones y no terminar perdiendo clientes, proveedores o incluso el control de su empresa.