Un mediador de empleo juega un papel importante dentro de la empresa, ya que es la persona encargada de resolver los conflictos que surgen entre los empleados, sin la necesidad de acudir a instancias de carácter legal. Su función radica en el fomento de la comunicación, la supervisión y la generación de recomendaciones puntuales.
En el caso de las reuniones supervisadas, por ejemplo, los mediadores tienen la tarea de escuchar las partes y facilitarles una comunicación abierta y honesta. Este profesional tiene la libertad de llamar a testigos que no estén directamente relacionados al problema para que expongan sus opiniones y a partir de ahí sean determinadas las causas para proponer las mejores soluciones.
Al ofrecer las soluciones, un mediador debe permanecer neutral, es decir no puede mostrar preferencias hacia una de las partes. Su función es gestionar que los empleados y el empleador encuentren sus propias soluciones. Para esto busca aspectos comunes donde puedan coincidir. El profesional no puede obligar a ninguna de las partes a cumplir las recomendaciones sugeridas por él, así como tampoco a estos se les condena por el incumplimiento de las sugerencias.
Cuando las partes llegan a un acuerdo, el mediador formaliza la solución por escrito en un documento llamado memorando de entendimiento. En este se describe las condiciones del acuerdo y se señalan las áreas que las partes no podían resolver. Una vez firmado el acuerdo, es considerado un contrato y tiene el valor de un contrato oficial.
Los mediadores de empleo no tienen una educación profesional en específica. Algunos cuentan con una formación jurídica (abogados), sin embargo, otros tienen titulaciones en la política pública. Los que se encargan de mediar conflictos corporativos por lo general tienen estudios en negocios.
Si aún no cuentas con un mediador de empleo en tu PYME desde Impulsa Popular te recomendamos que contrates los servicios de uno cuando creas que lo necesites, ya que este garantiza tranquilidad en tu empresa.
