El poder de una visión empresarial

El poder de una visión empresarial

La visión de una empresa debe inspirar, motivar y energizar tanto a las unidades funcionales de una organización como a los integrantes de manera individual. Tener una visión empresarial es saber lo que se quiere y a dónde se quiere llegar.

Esta debe estar bien formulada, comunicada y compartida para que pueda convertirse en el camino que alinee, oriente y atraiga todas las energías de los colaboradores en una sola dirección.

La visión de la empresa debe reflejar la inspiración más alta de la institución, aunque en el momento suene inalcanzable. Por ejemplo, «ser el mejor en», «ser la más grande de», «ser los primeros en”. Aunque ciertamente tiene que ser una visión viable y compartida por el equipo de trabajo.

Como afirma Peter Senge, director del Centro para el Aprendizaje Organizacional del Instituto Tecnológico de Massachusetts, «muchos líderes tienen visiones personales que nunca se traducen en visiones compartidas que galvanicen a una organización. Hemos estado careciendo de una disciplina para traducir la visión individual en una visión compartida». 

La visión de la empresa debe lograr compromiso y participación por parte de los trabajadores. En definitiva, la visión debe responder a:

-Una imagen del futuro deseado que buscamos crear.

-Capturar en palabras las ideas de las personas que conforman una organización acerca de qué se quiere lograr y dónde se quiere estar en el futuro.

-Debe ser lo suficientemente amplia, que rete a toda la organización y lo suficientemente detallada que le señale el camino a todos.